“La única constante es el cambio”. Este principio general, que una búsqueda muy superficial me hace asignar al taoísmo, se cumple en todos los aspectos de la vida, desde los más grandes y trascendentales hasta los más nimios. Y hete aquí que ahí andaba yo, explorando mi nuevo barrio en busca de algo realmente complicado de encontrar, y que cuando al fin se consigue se atesora en lo más profundo del sentido práctico de cada uno, compartiéndolo sólo con aquellos que realmente importan; familia y amigos más cercanos. Una peluquería de confianza.
“Jubilados, 6 €”. Una regla de tres me hizo deducir que el precio para quienes contribuimos al sistema de pensiones sin ninguna garantía de que lo vayamos a disfrutar sería moderado, y la sencillez del cartel me convenció de que el establecimiento no tenía grandes pretensiones estilísticas. Cumplidas pues mis dos condiciones para una peluquería de confianza, decidí entrar.
Todo iba bien, el exceso de queratina se iba rectificando y la conversación era fácil y sencilla, lo que no es condición indispensable, pero puntúa favorablemente, hasta que salió el tema del trabajo:
– Entonces, trabajas en un laboratorio en Paterna… ¿Dónde?
– En el CSIC
(La maquinilla se detiene en mi sien, se produce un pequeño pero significativo silencio, levanto la vista y veo que sus ojos están a punto de salir de las órbitas)
– Hostia, ¡no jodas que eres madero!
No sé qué me preocupó más. Por un lado estaba el hecho del aparente pavor que le había entrado al peluquero al imaginar que fuese policía (traté de ver, a través del reflejo del espejo, si en la trastienda había fardos sospechosos). Por otro lado quería saber por qué le parecía tan improbable que pudiera ser un agente de la ley y el orden. Y, finalmente, me entristeció un poco comprobar cómo el excesivo consumo de series de televisión puede confundir, mezclar o trastocar los conceptos en la cabeza de las personas. Porque lo que creo que le hizo pensar así fue la confusión con las famosas siglas CSI.
En cualquier caso, mientras caminaba de vuelta a casa ansioso por ducharme para quitarme los pelillos, hice recuento. Recuento de las series de ficción donde la ciencia juega un papel protagonista. Y la tristeza inicial por la confusión del peluquero se tornó en una especie de esperanza sorda, casi rozando en lo pesimista pese a la aparente contradicción -al fin y al cabo esto es España-, en que toda la colección de estas series podría, en parte, contribuir a la difusión de la ciencia, a su acercamiento a la sociedad, a exponer las importantísimas e innumerables aplicaciones y, por qué no, a despertar alguna vocación.
Me voy a dejar muchas, pero sólo por citar unas cuantas como ejemplo y como semilla para quienes queráis completar la lista, podríamos nombrar la saga CSI y Bones, en el área forense. Debo resaltar The Big Bang Theory, serie que me descubrieron justo cuando estaba escribiendo mi tesis y a la que debo en parte no haberme vuelto loco en el intento. Exquisito e hilarante reflejo del trabajo en la Universidad, con menos exageraciones de las que pudiera parecer, aunque no todos tengamos vecinas así. En el campo médico las hay a montones, House, “Urgencias”, Anatomía de Grey (aunque no sé si aquí la ciencia destaca mucho), etc. Numbers en el área matemática, la muy recomendable Breaking Bad en la química, aunque quizá aquí se me ve el plumero, y bueno, un largo etcétera.
Alguna vez, como científico y espectador me he visto reflejado, otras veces he visto cosas extrañas, fantasías irrealizables y banalizaciones y simplificaciones hasta el absurdo del trabajo de laboratorio. Pero el caso es que ahí está la ciencia, entrando por esa ventana digital a las casas de millones de personas cada noche, como en un enorme escaparate dinámico con muchísima más audiencia que los programas especializados, que creo que podría considerarse como una herramienta más de difusión, de presentación, de explicación. En definitiva, de divulgación.
Foros sobre series, presentaciones basadas en capítulos, ejemplos de aplicación de principios o de técnicas con reproducciones de alguna escena, hasta publicidad de equipamiento científico apoyándose en secuencias. ¿Se te ocurre alguna idea más?, ¿crees que es en realidad positivo, o piensas más bien que la ciencia se banaliza en este tipo de serie?, ¿recuerdas como científico haberte visto reflejado en alguna secuencia?, ¿o más bien te vienen a la cabeza esos “venga va, cómo se flipan”? Como espectador, ¿te hubiera gustado comentar alguna escena con alguien relacionado con el área?, ¿te surgen preguntas o más bien la ciencia es un adorno curioso a la trama de la serie?, ¿tienes alguna preferida?, ¿por qué?
Todas estas propuestas y preguntas caían de mi cabeza junto con los pelos sueltos, mientras decidía que seguiría buscando una peluquería donde no le tuvieran tanto miedo a la policía.
3 comentarios
tomaquina dice:
23 ago 2012
No es tan extraña la confusión de tu peluquero, pero no creo que sea con el csi sino con el CNI, Centro Nacional de Inteligencia, que en ocasiones trabaja mano a mano con el csic cuando la inteligencia necesita de la ciencia. Para alguien que no sabe del tema, todos serían «maderos» sentido amplio.
enlace al cni:
http://www.cni.es/es/culturainteligencia/
foro de inteligencia donde se menciona la relación:
http://www.intelpage.info/forum/viewtopic.php?f=41&t=1518
Vamos, que la policía española es algo más que los hombres de Paco y Torrente, y el que menos te lo esperas resulta que es secreta.
Eva Alloza dice:
26 ago 2012
Pablo, espero que con el susto no movieras mucho la cabeza o te hubieras ganado un buen trasquilón. La verdad es que yo tengo pensamientos encontrados, qué debería defender que a toda costa aparezca una ciencia fiel a la realidad o que solo por el hecho de visibilizarla ya es un paso dado. Tengo amigas enfermeras que siempre me han dicho que lo que pasa en House no se ajusta a la realidad, pero el hecho de que House o ER (Urgencias) se hicieran tan famosos ha hecho más cercana la medicina a la gente de a pie. Sí, es una pena que no se conozca el CSIC que plaga toda la geografía española de centros de investigación, quizás también sea nuestra culpa y debamos ser más orgullosos de ser investigadores y hacer pedagogía en cada uno de nuestros actos. La semana pasada fui a renovar el carnet de conducir y me sentí orgullosa de decir «investigación» cuando me preguntaron la profesión, pues sí, a sacar pecho y colarlo a cada momento.
Para añadir a tu lista pondría «Porca Misèria«, una serie de TV3 en la que la pareja principal la formaban una bióloga investigadora en el Hospital Clínic y un guionista de televisión. Ahí la trama científica se mezclaba con el resto con una naturalidad que la hacía totalmente real. Mostrar que nos pasan cosas buenas y malas, éxitos y decepciones, en definitiva que somos personas normales y que nuestro trabajo también se tiene que valorar. En esta serie muestra el trabajo en un laboratorio de investigación sobre el cáncer de hígado, los problemas de la carrera y el sector científico de una forma evidente y crítica. Muchas veces contrapone la percepción social del éxito televisivo o empresarial y los avances científicos, parece que la vara de medir no es la misma.
Pablo dice:
30 ago 2012
Gracias, tomaquina, por la puntualización y los enlaces. Sí, posiblemente fuese el CNI lo que tuviera en mente el peluquero. Y ya que lo comentas, no estaría mal que algún día llamase a la puerta de nuestro laboratorio alguna unidad de investigación para que le echásemos una mano con algo, rompería un poco la rutina ¡y quedaría como muy de serie!
Y tienes razón, Eva, en la parte de culpa que tenemos los investigadores respecto a la visibilidad de organizaciones como el CSIC, o de los tantísimos centros de investigación que existen más cerca de la gente de lo que ellos mismos piensan. Hay que, como dices, sacar pecho y subrayar la importancia de la investigación (con hechos, con ejemplos, con demostraciones) para que cosas como que el propio CSIC se declarase en suspensión de pagos a proveedores hace un mes y medio no pasen tan tristemente desapercibidas para la sociedad. Ah, y muchas gracias por la recomendación de la serie, ¡a ver si me engancha!