¿No le interesa a la gente la ciencia o es, más bien, un tópico interesado? (Aunque ahora no lo llamaríamos tópico, sino “leyenda urbana”). Es una creencia generalmente aceptada que un cierto nivel de desarrollo científico y técnico es en muchos sentidos importante y provechoso para cualquier sociedad. Reconocer eso, que forma parte de lo que se llama “cultura científica”, también es importante. Sin embargo, todavía no se sabe bien en qué dirección se relacionan ambos fenómenos y qué variables puede haber de por medio.
En un reciente estudio de la Fundación BBVA sobre cultura científica, llevado a cabo en diez países europeos, más Estados Unidos, y en el que España quedaba bastante mal parada, por no decir algo peor, se señala que “una población sensibilizada y familiarizada con la ciencia contribuye a una mejor toma de decisiones en el plano personal y, también, a una sociedad más sensible a la innovación y mejor preparada para aprovechar los cambios”. Y deberíamos añadir, no sólo en el plano individual, también en el colectivo. En todo caso, parece que eso de la cultura científica española es cosa de dos o más. De los científicos, de los ciudadanos; y de … (No, no toquemos a los políticos que ya son una casta de intocables a los que tanto la ciencia como la cultura científica se las trae al fresco. Su apuesta ya ha quedado clara, y no ha sido por el desarrollo del conocimiento).
En una entrada anterior nos preguntabamos por el interés de los científicos por la gente y por su cultura científica, más allá de las cansinas lamentaciones al uso. Realmente el significado de la expresión “tener interés” presenta muchos recovecos y dobleces, pero sin entrar en ellos -por no liarla- el sentido común nos da una acepción aceptablemente operativa de lo que puede significar tanto lo de “interesarse por” algo o por alguien como de que algo o alguien sea “interesante”. Traigamos esa noción a la mente.
En este sentido afirmábamos en esa entrada que a los científicos les ha interesado poco la gente y la cultura científica de ésta. Pero que la cosa estaba cambiando. Quizá porque no va a tener más remedio que cambiar.
Y la pregunta ahora es ¿qué pasa en el otro polo? Pues, tres cuartos de lo mismo. A los españoles nos ha interesado poco la ciencia y nos sigue interesando poco la ciencia. Aunque cuando se nos pregunta en las encuestas digamos que sí, que nos interesa mucho la actualidad científica, llegando, en algunas encuestas, a resultados como que nos interesa más que la actualidad deportiva, la política o la vida de los famosos.
Este dato no sólo debe interpretarse, sino que además debe completarse. Una buena encuesta sobre percepción pública de la ciencia no se queda en conocer el interés que declara una población, también busca datos sobre la concreción de ese interés. No podemos quedarnos solo con lo que decimos los españoles que nos interesa, y que sobre ciencia ocupamos una posición de la media para arriba, entre los países europeos, sino también debemos conocer lo que decimos que hacemos con relación a ese interés. Es decir, si vemos y escuchamos programas de ciencia en los medios de comunicación, asistimos a conferencias y actividades de divulgación, leemos artículos en prensa o en revistas, o buscamos información científica, por ejemplo, en Internet. Pues, bien, en todo eso estamos a la cola, demasiado a la cola.
Son datos interesantes que dejo aquí para que cada lector imagine una respuesta, es decir, formule una hipótesis, lo cual es como decir que para que haga un poco de ciencia -social en este caso-, que también es ciencia. ¿No? ¿O lo que estoy planteando es alguna suerte de herejía?
4 comentarios
Eva Alloza dice:
1 oct 2012
Una conclusión rápida que ya sabíamos… los españoles somos unos mentirosos y nos va lo de aparentar lo correcto. Pero si aparentamos lo correcto es que sabemos que existe, sabemos cuál sería la fórmula para poder tener un pensamiento más crítico pero sucumbimos a lo de siempre. Como dices, diversos actores toman parte de la cultura científica, y si nos centramos en los dos que has nombrado, parece que una miente y los otros estamos demasiado preocupados con nuestras investigaciones. Quejarnos de que no hay cultura científica sin hacer lo posible para acercarla a la sociedad es también de pocas miras. Los científicos debemos hacer los posibles por acercar la ciencia y su metodología a la sociedad porque interesa y es interesante. Este viernes y sábado pasado en Bilbao hicieron un evento de divulgación científica, Amazings Bilbao; científicos comunicando ciencia a un paraninfo UPV/EHU repleto que tuvo que habilitar una sala extra. Pues sí, se puede hacer y existe el interés. Solo falta que nos lo creamos y salgamos a la calle, porqué somos necesarios, aunque aún no lo sepan 😉
Javier dice:
1 oct 2012
La verdad no me atrevo a decir que los españoles mientan. En general todos mentimos alguna vez y nadie miente siempre. No sé si se ha medido cuánto mienten las personas. Y no sé si los españoles mentimos más que otras nacionalidades. Parece que el bagaje católico condiciona un tipo de actitud moral particular respecto de la mentira. Pero igual hay otras variables que no tenemos presente.
Pero en el caso concreto del post, la respuesta de los españoles más bien está condicionada por la situación de investigación y por la forma de preguntar. Es decir, que preguntado lo mismo en otras sociedades, no habría diferencias significativas. En las encuestas, mucha gente piensa que hay una respuesta correcta, o bien se deja llevar por la respuesta socialmente deseable, o por la temática de la encuesta. Se trata, pues, de tener controlado ese sesgo y evitar que se produzca.Y eso parece que se ha solucionado posteriormente, pero lo dejaba caer como curiosidad.
La verdad es que a la gente no le interesa especialmente la ciencia y a los científicos les interesa poco la gente. Estamos ante un círculo vicioso. Seguramente, en EEUU, un país, puntero en desarrollo científico y técnico, la gente tampoco tiene un interés y conocimientos científicos muy superiores a los de los españoles. Pero, por estar donde están -los EEUU- eso puede importar poco. En España, lo que hay son demasiados muros a derribar entre la ciencia y la gente, y un campo de estudio que se abre: el de cómo mejorar el alcance y efectividad de la comunicación pública de la ciencia.
Guillermo Muñoz Matutano dice:
2 oct 2012
Muy interesante el post Javier. Bueno, realmente los dos posts, los dos enfoques son necesarios.
Aunque estoy de acuerdo en que «no me creo» demasiado que la sociedad española esté muy interesada en la ciencia, ese resultado de la encuesta creo que deberiamos valorarlo positivamente.
No tengo ninguna experticie (¿esto se dice asi?) en evaluación de encuestas, y encuentro muy razonable lo que comentas Javier sobre el trabajo necesario de valorarlas, pero la respuesta podria haber sido: «no me interesa especialmente», y, sin embargo ha sido, «me interesa». Podemos evaluarla más profundamente, e hilar más fino para describir mejor la realidad, cosa, que por otra parte, desde mi opinión, es un auténtico trabajo científico, puro y duro. Pero creo que también podemos intentar aprender de esa opinión. Tenemos, aunque sea en el nivel de impresión, más que en el de acción, unas condiciones favorables desde la ciudadanía general. Eso, teniendo en cuenta la brecha brutal que existe entre investigación básica y la ciudadanía creo que es una especie de milagro. Pero no lo es, no hace falta usar el catolicismo. No es un milagro, es una oportunidad vigente. Incluso con todas las acciones políticas en contra, la ciudadanía aun resiste con esa opinión. Sin pretender ser naif, ni ingenuo, ni populista (joder, que reto !!) creo que es un vínculo que existe. No sabría decir si todavía, porque tampoco sabría decir si es algo que viene de la tradición (lo cual me sorprendería mucho) o es algo que se ha ido cultivando en la actualidad (lo cual me parecería más entendible).
Por otra parte, no pienso que la ciencia, o el preocuparse por la ciencia, genere personas o/y colectivos que mejoren su capacidad de tomar de decisiones. A no ser que entendamos la ciencia en su formato más global (incluyendo a las humanidades). En ese caso, sí que opinaría eso. Si únicamente definimos como ciencia a las ramas técnicas o naturales, creo que, más bien, seria al contrario. Más que nada, porque las decisiones, desde mi opinión, siempre incluyen ciertas dosis de política, de psicología, de conocimiento histórico, de conocimiento económico y del derecho, de crítica y profundidad (filosofía), involucran a colectivos (sociología) etc, etc, y eso, en estas carreras técnicas o naturales, más que no estudiado, es que es directamente evitado.
Para poner ejemplos concretos y actuales, porque a veces dices esto y te dicen que «ya, pero hoy en día hay que especializarse» (¿la especialización es un efecto o una causa?, esta pregunta tiene distintas respuestas desde distintos ámbitos del conocimiento. ¿No será, otra vez, la respuesta más científica la que aborde, o englobe, el mayor número de respuestas?). Al grano. En Polonia, para poder ser «coronado» como Doctor en la universidad, por ejemplo en las ramas naturales o técnicas, has de cursar y aprobar 3 asignaturas de humanidades (Filosofía, Geología, …). ¿Antiguo?, No, en Polonia hoy en día lo hacen. ¿Inútil?, no sabria decirlo, pero Tomek, estudiante polaco de doctorado en Florencia, fue el único en todo un instituto de investigación que pudo poner a funcionar un sistema Raman Pump and Probe. Suena muy técnico, pero quizá es muy interesante saber pensar, tener razonamiento crítico y perspectiva histórica para hacer funcionar la técnica como un perfecto reloj.
Javier dice:
2 oct 2012
Gracias. La verdad, no sé que decirte, salvo que estoy plenamente de acuerdo con tu comentario. No he querido entrar en el modelo de alfabetización ni de cultura científica que hay por detrás de los modelos de estudio y de divulgación actualmente predominantes. Por no liarla. Si ya hay divulgación, parece que podemos darnos con un canto en los dientes. Pero es verdad; hace falta una alfabetización o cultura científica que tenga unas miras más amplias. Quizá podríamos hablar de una cultura científica integral, en lugar de una cultura científica enciclopédica y descontextualizada, que parece una correa de transmisión de la obediencia a una visión del mundo y, por tanto, totalmente acrítica y dogmática. Precisamente algo contra lo que la ciencia va, pero en lo que a veces cae y promociona. Entender los mecanismos del pensamiento científico, para desterrar ilusiones, prejuicios o dogmas es relevante. Asimismo, entender el lugar de la ciencia y sus conexiones con otros sistemas y campos sociales también. Pero no sé si esto, en este contexto de escasez tanto intelectual como económica, es pedirle peras al olmo. Aunque la sensibilidad y la predisposición son importantes, de lo cual te considero un buen ejemplo.