Llevo varios días escuchando y leyendo los comentarios y declaraciones generados a raíz de la entrevista que le hicieron al Dr. George Church en el periódico Der Spiegel cuya traducción se puede encontrar en el País. Y finalmente la he leído. La verdad es que me ha dejado un sabor agridulce. La parte dulce es que he reconocido a ese fabuloso y brillante genetista que es el Dr. Church. El toque agrio lo ha puesto el sensacionalismo y los titulares exagerados que nos ha regalado justo cuando acaba de lanzar su último libro.
La primera vez que supe del Dr. Church fue en el Personal Genomes Project en una de mis habituales búsquedas de datos de secuenciación de genoma humano. En este proyecto buscan voluntarios para que pongan su genoma a disposición de la comunidad científica y, para dar ejemplo, él fue uno de los primeras personas que facilitaron muestras biológicas para hacer los análisis. Me pareció una idea atrevida y original de alguien que tiene muy claro cuál es el camino por el que va a ir la genética en los próximos años. Yo no soy muy partidario de compartir mi genoma y aún así estuve pensando presentarme como voluntario.
Volviendo a la entrevista, creo que tanto el periodista como el entrevistado se lo deben haber pasado en grande. Mientras avanzaba en la lectura tenía la sensación de que el periodista encontraba todo aquello que buscaba y el investigador, con la cara simpática y ese aspecto de científico loco con la que aparece en el artículo, conseguía uno de sus objetivos, que se hable de su libro por todo el Mundo. Aunque es muy criticable que un investigador utilice el sensacionalismo para hacer negocio, ¿crees que si hubiera contestado de otra forma menos exagerada le hubieran hecho tanto caso? Estoy seguro de que si hubiera sido completamente estricto en sus respuestas, no hubiera tenido el mismo éxito ni una décima parte del impacto. Tampoco creo que con su actitud facilite que esto no ocurra, ha entrado en el juego como cualquier persona hubiera entrado. ¿Por qué no iba a entrar? Aún así, hay que reconocer que ha sido honesto en todas sus respuestas y casi siempre ha contestado con lo que se sabe o se intuye que seremos capaces de hacer.
Una de las cosas que más destacables es que en toda la entrevista se nota que le gusta lo que hace, que es un científico capaz de vivir y alimentarse de su trabajo, un hombre de ciencia. En definitiva, me ha parecido una entrevista que seguro te hace reflexionar y muy recomendable. Como ejemplo, estas son algunas de las reflexiones interesantes con las que me quedo y te invito a leerla:
«Lo que es malo para la sociedad es que haya poca diversidad. Esto es así para la cultura y la evolución, para las especies y también para las sociedades en general. Si uno se convierte en una monocultura, corre un gran riesgo de perecer.»
«Bueno, todos los organismos son mecánicos en cuanto a que están hechos de piezas móviles que se acoplan como engranajes. La única diferencia es que son increíblemente complejas. Son máquinas atómicamente precisas.»
«Y creo que hay relativamente pocos casos en los que ese debate haya frenado el progreso tecnológico. Creo que debemos ser bastante cautos, pero eso no significa que debamos imponer moratorias a las nuevas tecnologías. Se trata de conceder permisos, supervisar, hacer pruebas. Y es verdad que debemos asegurarnos de educar a los ciudadanos al respecto. Sería estupendo que todos los políticos del mundo fueran tan espabilados para las tecnologías como el ciudadano medio lo es para la política.»
Foto: twitter.com/geochurch