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Sé que estos títulos son cosa poco original en los tiempos que corren, pero es que están tan de moda las listas y el Huffington post hace tantas y tan variadas todas las semanas, que al final te pica el gusanillo y no puedes evitar ponerte a pensar en las 7 cosas que debes hacer al subir al metro, los 6 consejos cuando aún trabajas estando embarazada de ocho meses, y los 9 imprescindibles si decoras sin más dinero que el que puedes gastar en un IKEA y un Leroy Merlin. Así que aquí va una de ciencias, que es de lo que va este blog.

Imagina que un día te levantas inspirado y decides que vas a orientar tus estudios hacia el campo científico. Aquí hay unas cosas que, sin llegar a ser esenciales para reafirmar o desestimar tu decisión, creo que deberías saber:

UNO. Las reacciones de tu familia serán diversas. Tendrás a tus abuelos que no entenderán, nunca, a qué te dedicas. Aún recuerdo cuando mi abuelo me pidió una tarde que le explicara qué era internet. Os prometo que nunca una divulgadora ha divulgado tan mal. En esta categoría pueden haber también tíos, hermanos que pasen un poco de vosotros, etc. Eso sí, si algún día conseguís hacérselo entender os recomiendo que os apuntéis a un concurso de literatura divulgativa, ganáis seguro.

Luego están las madres que son de esas “de estar orgullosas”, esas a la que por naturaleza se les cae la baba contigo, así que se les llenará la boca de proyectos, laboratorios, tesis, o investigaciones, lo que sea. Todo les va a parecer fantástico y creerán de verdad que hacéis cosas muy, muy importantes, aunque paséis las mañanas analizando pis de vaca. Y por último, quedan los progenitores prácticos. A esos nunca se les quitará la espinita de por qué no te habrás dedicado a algo que dé un poco de dinero, dinero como para comprar una casa y un coche espacioso. Os lo recordarán de vez en cuando, pero es que no lo pueden evitar.

DOS. Debes tener muy claro que dedicarse a la ciencia, en realidad, no significa nada. Es decir, en nada se parecen el trabajo de un botánico, un oncólogo y un nanotecnólogo. Y ya no te digo si les relacionamos a ellos con alguien que por ejemplo se dedique a la didáctica de las ciencias. Todo trabajo tiene sus pros y sus contras. Fases maravillosas y gajes tediosos. Hay que pensar bien cuál es nuestro perfil y cómo lo vamos a adaptar a aquello que nos gusta. Hay muchas maneras de ser científico o de estar en ese entorno, quizá no valgamos para investigar pero sí para divulgar, quizá nuestro sitio no esté en el campo pero sí en un aula. Sea como sea todas las profesiones tienen valor en este campo y no tendrían sentido unas sin otras.

TRES. Hay algo que es inevitable, y es que te pasarás la vida compaginando tus “conocimientos científicos de valor” con tus aficiones “banales”, y te sorprenderás pensando cosas como por qué no te has dedicado al diseño gráfico ahora que molan tanto los modernos y los hipsters y tú demuestras tanto gusto en la elección de colores cuando tus colegas te piden opinión, o por qué no te sientas algunas horas al día a desenmarañar tus textos/poemas/diarios para hacerlos digeribles y presentarlos a una editorial, o por qué no sales de gira con tu grupo ahora que sonáis tan bien, o por qué no te montas un blog de moda y te dedicas a hacerte fotos y a recorrer tiendas con lo que tiene que molar eso. Encontrarás seguro un “por qué” que se adapte a ti muy pronto. Parece que la ciencia es cosa dura y que hay otras profesiones por ahí divertidas y lúdicas. No es cierto. Cuando algo se convierte en trabajo se vuelve igualmente duro, aunque puede que en algunos casos sea a otro nivel.

Pocos consejos hay para esto. Intenta no dejar de lado las otras cosas que te apasionan, serás mejor científico y desarrollarás tu trabajo de forma más eficiente porque, sin saber cómo, siempre se obtienen nuevas actitudes y aptitudes de cualquier experiencia. Y, sobre todo, adornarás tu currículum que es un primor y serás mejor persona, desconfía de quién vive solo para su trabajo.

CUATRO. Y hablando de vivir, vivir de la ciencia es difícil, pero si hay alguna maldita ventaja en esto de la crisis que nos asfixia es que hoy en día existe un bendito consuelo, actualmente es difícil vivir de cualquier cosa. ¿Qué te puede salvar? Ser un estúpido optimista, incluso de los que dan grimilla, y pensar que si lo que haces te gusta lo harás bien, o te esforzarás por hacerlo bien, y le dedicarás tiempo y ganas, y te sentirás realizado, y entonces rendirás más y serás más creativo, y que así habrá una pequeñísima posibilidad de ganarte los mortadelos con eso. Y que si no, que si los mortadelos son pocos, por lo menos no estás oxidándote en algo que aborreces. ¡Vaso medio lleno siempre!

CINCO. No sé por qué pasa, o si pasará en todos los campos, pero la gente siempre va a creer que de ciencia lo sabes todo. Da igual que, como en mi caso, haya estudiado biología y ahora esté haciendo comunicación científica en un Jardín Botánico, si estás en el campo y veis un estrato el público esperará de ti una clase magistral de geología, o te pedirá consejo sobre el comportamiento de la cucaracha común en su cocina ante el menor signo de plaga urbana, o ansiará visitar contigo el museo de las ciencias de la ciudad esperando la más interesante ruta guiada de su vida. Conozco a algunos privilegiados que son capaces de dar respuesta a todas estas preguntas, pero son dignos de ir al concurso de Jordi Hurtado, y no te preocupes si tú no eres uno de ellos, es absolutamente normal.

Y así, como quien se levanta en una reunión de adictos a algo de esas que salen en las pelis americanas o en la fantástica “Gordos”, por poner un ejemplo, yo me levanto y digo, sí, todo esto a mí me ha pasado. Y, por un lado, os recomiendo absolutamente que si os gusta la ciencia hagáis todo lo posible por dedicaros a ella, que se pasa muy bien, y por otro, prometo seguir pensando en hacer una nueva lista, no sé si más útil que esta, que tampoco haría falta mucho, pero sí basada en hechos reales, que eso vende mucho.

(P.D. por si hay algún alma sensible, a todo lo que acabe en “o”, por favor añadidle una “/a” y no consideréis este post sexista, yo es que no me acabo de acostumbrar a usarlo, lo siento muchísimo)

Imagen de Tadahiro Uesugi