Cuando la enfermedad sana
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22 mar 2016 Jose Carlos Rayón No hay comentarios
Mucho se habla de las experiencias transformadoras de vida. Aquella vez que casi caes por un risco, o esa otra en q te dejaron en un altar o perdiste a un ser querido. Entre ellas está el superar una enfermedad grave.
Dicen (se dice, se ve, se oye) que ante similares retos, desafios, a nuestras rutinas, ante similar puesta en cuestion de la propia realidad material, aparecen energias renovadas. Fuerzas misteriosas que empujan a vivir sino más, sobre todo, mejor.
Menos frecuentemente, y en parte con razon, se enfoca en positivo el drama de sufrir una enfermedad cronica, especialmente durante mucho tiempo, es decir cuando se diagnostica en la juventud. Argumentos para explicar y razonar cómo de doloroso es tamaño evento, para el que lo sufre y para su entorno, sobran. Yo voy a intentar hacer lo contrario.
El primero es casi evidente desde el punto de vista cientifico. La causa del drama es en realidad el avance tecnologico y social, el diagnostico precoz. En otros tiempos o lugares muchas de esas patologias devendrian algo mas tardiamente en situaciones agudamente mortales. No digo q esto sea consuelo, en todo caso señalo la ironía.
Por otro lado, y en realidad a esto queria llegar desde el principio, se trata tambien de una experiencia transformadora, para bien y para mal, pero creo q toca recalcar el «y para bien».
Al enfrentarse a una diabetes, a una esquizofrenia, a un tumor » curable», a una arritmia permanente, toca primero enterarse de qué coño pasa. Esto no esta del todo mal, distrae, aunque estresa, pero es una distracción temporal, efímera, pasa.
Una vez te enteras de cómo describen los que no lo sienten (médicos) qué es esto que te pasa (enfermedad) toca interiorizarlo, y saber cómo se siente ser eso que ya eras (paciente) (que a veces tambien son médicos) pero sólo en un determinado día te contaron.
Este punto lo podemos subrayar, pienso. El día del diagnostico es el dia de ser consciente, no el dia de transformarse en otro. Otro ya eras desde antes, aunque no lo sabias, y «otro» sólo lo seras cuando se complete este proceso de aceptacion.
Entonces, ya sabemos «qué somos» y «qué sentimos», «qué nos han dicho q somos» y «como sentimos q somos como enfermos». Y ahora que «sabemos», falta, casi nada, serlo.
Es decir, ya reconocido, el «nuevo yo» (es tu yo de siempre, tu destino, tu sino, tu camino en realidad), falta aceptarlo. Y aceptarlo no es fácil, porque cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, porque no está tampoco enteramente en tus manos. La aceptacion nace de conocer, reconocer y utilizar las nuevas fortalezas que te aporta tu debilidad: exaltacion de sentidos diferentes del perdido (perdidas sensoriales), mayor distancia y reflexion ante la idea de realidad (esquizofrenia), mejor reconocimiento y empatia con tu propio cuerpo (diabetes)… depende.
Visto así, cuando se llega a ese punto; que no es fácil, ni rápido, probablemente ni siquiera permanente, porque has sido señalado (y tu mismo te señalas) como enfermo y eso genera una duda permanente, un pecado original; tu «enfermedad» es tan solo diferencia estructurada y reconocible, que es lo q son las patologías por definición. Tus limitaciones, unas, que como todos tienes, pero perfectamente identificas; y tus nuevas fortalezas, superpoderes, habilidades que probablemente nunca hubieses desarrollado si no fuese por este desagradable evento diagnostico.
Pero espera, no empieces a creerte demasiado especial.
No hay enfermedades sino enfermos. Es decir cada persona, y cada organismo, reacciona de forma diferente a la enfermedad. Pero es que no hay enfermos, sino gente sin diagnosticar.
A excepcion de la procreacion y desarrollo post uterino (adolescencia, hasta los 30 años de edad aproximadamente en sociedades occidentaled presentes), tu organismo se desarrolla en permanente tendencia hacia el error, hacia el fallo, la enfermedad. La muerte es de las pocas certezas que nuestro vital organismo garantiza.
Alguien dirá q este enfoque es pesimista, pero hace mucho ya explicaron que se trata de lo contrario: nuestra artificialmente prolongada vida (naturalmente si consideramos naturales los productos de la tecnología humana) se materializa en mas fallos, errores, enfermedad, lucha, fracaso al fin; que en espacios de espontáneo triunfo ante la la realidad exterior.
La clave está tambien, por tanto, en abrazar y aceptar no solo la enfermedad propia como reto, sino la enfermedad en general como parte necesaria e imprescindible del proceso vital, de vivir, de triunfar. Triunfar fracasando eso si.
Y asi se resume todo. Fácil. No hay alegria sin tristeza como no hay vida sin muerte o placer sin sufrimiento. Tan simple, tan complejo.
No es tan facil de sobrellevar cuando te señalan (diagnostico), te señalas (negacion/autocastigo) y te señalan (incomprension, miedo, ausencia por parte del entorno social); pero desde luego es posible, y, mas importantente, la unica posibilidad viable.
¿Cómo debemos por tanto actuar ante esta enfermedad cronica q es la vida?. ¿Debemos rendirnos a la evidencia?, ¿levantarnos en armas ante tamaña condena?, ¿aceptar el destino de brazos cruzados?, ¿saltar puentes para aprender a abrazar la verdad?…
Yo me atengo a las respuestas que mi corto entender acepta. Intentar ser un enfermo y no una enfermedad. Pero aqui la respuesta la tiene q poner muy cada uno, y no abrazarse a ella con demasida fuerza, en cada tiempo y lugar.
Salud!os
Jc