Lost in rotation
Tags: ciencia ciudadana, Ciencia y sociedad, comunicación, creatividad, cultura científica, Investigación, metáforas, Pensamiento, piratas de la ciencia, Politica científica, realidad
20 feb 2014 Jose Carlos Rayón 5 Comments
Me voy a ahorrar con vuestro permiso aquello de comentar quiénes no somos “jóvenes aventureros” y cómo migrar por obligación y especialmente en un momento en el que tu país se convierte en proveedor internacional de profesionales de tu categoría te convierte fácilmente en un producto de bajo coste, perecedero, desechable y lo que es peor, desde algunos puntos de vista fácilmente no valorable (forma amable de decir despreciable, léase Suiza Febrero de 2014).
Dicho esto me meto a la materia que quiero abordar: la relación necesaria (o no) entre ciencia y migración, desde un punto de vista atemporal y alejado del agitado temporal laboral en el que estamos inmersos, como decía.
Cabría comentar que la ciencia puntera, es más, el arte avanzado, en resumen, la creatividad, se ha visto durante mucho tiempo ligado a la migración de sus estandartes.
No son escasos los ejemplos de creadores de todas las ramas del saber que han vivido agitados periplos geográficos y profesionales antes de recalar en un lugar, espacio o tiempo de suficiente calma espiritual, un rincón que dejase espacio a sus sueños y permitiese materializar sus anhelos.
Si revisamos unas pocas biografías observaremos que desde minúsculas excursiones de ida y vuelta a una o dos provincias de distancia hasta viajes transatlánticos, han transportado a los gigantes sobre cuyos hombros nos sostenemos para desarrollar nuestro conocimiento en casi todas las ocasiones.
Desde un punto de vista no se si antropológico o psicopedagógico parecería fácil de justificar: desde Un lugar (físico e intelectual) se puede desarrollar una técnica con gran profundidad pero sin un necesario eclecticismo cultural es difícil (o fruto de la casualidad) aportar algo realmente original o novedoso al conocimiento global de un tiempo histórico concreto.
Vale, pero: ¿no existen para eso publicaciones científicas que permiten aportar y aprehender de ideas generadas en cualquier confín del globo chato?; incluso en lo cultural, que probablemente no es poco importante tampoco para ser capaces de abordar de forma eficaz problemas ya conocidos: ¿no juega internet un papel fundamental permitiendo una cercanía inusitada a realidades infinitamente alejadas?, ¿no señalaban con acierto hace ya mas de una década los pioneros del net-art cómo nacía con la red una absoluta “conquista de la ubicuidad”?
Cabría aquí dar al menos dos tipos de respuestas.
1. Sí, con internet, pubmed y acceso libre a todas las publicaciones científicas, el contexto físico del pensador o creador no tiene influencia alguna; traslademos todos los laboratorios a islas tropicales, con climas amables y largos días, donde seremos más felices, las horas más espaciosas y nuestro tiempo de trabajo más rentable.
2. No, la clave del peso de la migración en los procesos creativos (por si no es evidente: en este grupo incluyo los aportes científicos relevantes) no está tanto, o tan sólo, en los nuevos conocimientos que aporta sino más bien en una experiencia vital, acontecimiento crítico, que provoca un cambio de paradigma en nuestro devenir cortical que determina una más variada direccionalidad en el pensamiento, un salto cualitativo en su complejidad.
Volviendo a nuestro contexto, y dejando a un lado el ya comentado desatino de determinados estamentos al adjetivar lo que es un trágico éxodo profesional, justificado en gran medida por la falta de perspectiva y desastrosa capacidad de inversión en valores seguros a largo plazo, es decir, por los factores que nos trajeron adonde estamos.
Decía, volviendo a nuestro contexto, ¿cuántos de vosotros me quemaríais por decir que algunas de estas migraciones serán el comienzo de exitosas carreras profesionales y felices desarrollos personales?, ¿será mucho menor el porcentaje cuando volvamos a plantear esta pregunta en cinco años?, supongo que mi apuesta es evidente.
Salud!os
Jc
5 comentarios
Erick Santa Eulalia dice:
21 feb 2014
Afortunadamente los que te quemarían serán cada vez menos. Las migraciones, intelectuales o no, siempre han sido el motor de la historia. Es una necesidad básica de la naturaleza, moverse para aumentar la variabilidad de todo tipo, desde genética hasta cultural pasando por una infinidad de cosas más. En España el fenómeno migracional fue siempre aceptado, hasta una o dos generaciones (décadas del 75 al 2005 aproximadamente) que por variados motivos creyeron (no todos por suerte) equívocamente que el que venía valía menos y que moverse estaba mal visto. Pero como el mundo suele ser redondo (metafórico y literalmente) llegó una crisis aplastante y ubicativa (del verbo ubicar, poner en su justo sitio) que ha hecho reconsiderar estos conceptos. Ahora algunos se rasgan las vestiduras por ver al hijo partir porque aquí no hay trabajo de lo suyo. ¿Pensaron que los que vinimos hace una década lo hicimos por placer o «espíritu aventurero» como dice esa señora torpe? No señor no, las historias se repiten por suerte para hacer ver y ubicar, así de simple. Todos estamos hechos de la misma carne y las fronteras son la mayor estupidez que ha creado el ser humano. Así que buen viaje Jc y todos los que decidan moverse, eso no hará otra cosa que enriqueceros y enriquecer el sitio a donde vayan. Mis abuelos se fueron de una Asturias pobre hace muchísmos años, yo hice el camino de regreso dejando atrás una Cuba sin libertades. Y ojalá mis nietos terminen diciendo algo parecido de aquí a unos cuantos años. Moverse es salud. Así que a andar Jc, que se hace camino haciéndolo….
Guillermo Muñoz Matutano dice:
21 feb 2014
Hola !!,
Creo que estamos hablando de dos conceptos. Creo que podemos distinguir dos tipos diferenciados de migraciones (o emigraciones), que seguro que son más de dos.
Por una parte entiendo la emigración, digamosla, por necesidad. O sea, la que esta asociada a busqueda de un trabajo, a cuestiones económicas, o a cuestiones de asilo político.
Por otra parte entiendo la emigración, digamosla, deseada. O sea, la emigración que se busca no por una coyuntura determinada, sino porque es necesaria en si misma para avanzar un proyecto.
Poniendo ejemplos.
En el primer caso podria estar la emigración de los españoles a alemania en la decada de los 60. Buscaban mejorar sus condiciones de vida. Aqui no había trabajo y salian fuera para conseguirlo y poder aspirar a un sueldo mejor o un trabajo mas satisfactorio.
En el segundo caso, se me ocurre poner el ejemplo de los cocineros españoles. Es un colectivo que está de moda. Quiza el gran empuje de la cocina creativa de las ulstimas decadas en España, ha empujado a mucha gente a buscar esa creatividad, negocio, industria del sector de la cocina. Muchos de los cocineros saben que su carrera lleva implicito el salir fuera de españa para poder aprender y desarrollar su cocina. Lo tienen muy claro, y salir fuera, al extrangero, no es por tener un sueldo más alto (que supongo que también), ni por que en España no se potencie su trabajo (que puede que también), si no porque al salir aumentan su experiencia, conocen nuevas formas de trabajar y su potencialidad como cocineros crece de forma exponencial.
Lo que es sorprendente es que en España sea más fácil ver como en investigación la gente emigra más por causas más parecidas a la primera que a la segunda. La gente emigra por sueldos bajos, por poco apoyo institucional (causas politicas), etc, etc. Desde mi punto de vista, y con la experiencia que tengo, me cuesta encontrar en investigación casos de lo segundo, que seguro que también los hay.
Ese, para mi, es el problema. Y quizá sea doble. Por una parte, no hay un estado, o unos agentes (también podrian ser privados) interesados en promover la investigación, de forma que los recursos que se ofertan son muy limitados, y los investigadores deben salir a otros paises para encontrarlos. Por otra parte, a los investigadores que deciden salir para abrir miras, tener experiencias y ampliar sus horizontes, saliendo al extrangero durante muchos años, el estado los premia con su más absoluta indiferencia. Por tanto, muchas veces, el salir fuera lleva consigo una dificil decisión: el camino puede ser solo de ida. O sea, querer desarrollar la investigación puede significar tener que decir adios a tu cultura. No por unos año, si no, quizas para siempre. Por tanto, una decisión que podria ser del tipo 2, adquiere carices del tipo 1 (se torna una decisión política)
A mi me gusta ser muy critico. Es más, ser autocrítico. También es verdad que muchas veces me he encontrado con investigadores que están más interesados en hacer una investigación en un lugar concreto, que hacer una investigación sobre un tema concreto. Lo chocante es que son esso investigadores, paradojicamente, los que, al final, sacan más puntos y acaban por obtener plazas fijas. Muchas veces en la ciudad donde nacieron !!! O sea, quiero decir, se premia a los investigadores sin vocación.
Creo que este tema es de alta complejidad, pero me gustaria que existiesen tantos investigadores que quisieran salir al extrangero, con muchisimas ganas e ilusión, con ansias de devorar la experiencia que les aguarda, como que el estado promoviese y mimase a esos investigadores que muestran ilusión, valentía y actitud. Sin las dos cosas, toda emigración se convierte en una huida. Y la emigración en investigación no es huida, es búsqueda.
Pero ya sabemos que los mundos perfectos no existen.
Eva Alloza dice:
23 feb 2014
El tema ya no creo que sea que la gente se va, sino que después de estar unos años fuera no ven la posibilidad de volver. Ahí está el drama personal y el drama de España como país. El problema no es que la gente se vaya, sino que una vez formados en España y enriquecidos en el exterior no tienen posibilidades de volver a España de una manera digna para quedarse y devolver a su país lo que se invirtió en él y lo que aprendió fuera. Si después de programas para atraerlos y estabilizarlos no se crean las plazas prometidas, estos investigadores se van otra vez engañados. Ahora mismo ya no existe ni esta posibilidad.
Los que se van ahora no tienen ni de forma remota la posibilidad de volver en unos años. Ahí está el drama!
Guillermo Muñoz Matutano dice:
23 feb 2014
A ver,
Si, estoy de acuerdo. Es verdad que invertir en formación desde el estado, para que luego no se creen plazas, y los investigadores no generen los beneficios de esa formación en el estado que les formó, más que drama, es un grave error. En eso estoy de acuerdo.
Sin embargo, creo que hay que quitar todo el aura de melodrama al asunto. Estoy convencido que el 90% de esos investigadores que no puedne volver, lo que les importa no es que el dinero invertido en su formación no pueda regenerarse en su estado, si no, más bien, que ellos no pueden disfrutar de su cultura haciendo lo que les gusta: trabajar en investigación. Esta segunda razón me parece más real, menos victimista, y, a la vez, igual de legítima.
Creo que sería un acierto para la economía y la cohesión de este pais dedicar más forndos a la investigación, y administrarlos mejor. Por ejemplo, ¿por qué no eliminar las plazas fijas, perpetuas y de por vida? Hay muchisimos casos de investigadores que persiguen sacarse una plaza, y cuando se la sacan, su ritmo de trabajo baja, mucho. De hecho, muchos investigadores excelentes, que han apostado por salir al extranjero, simplemente por su pasión por investigar con las personas más importantes de su campo, luego no pueden acceder a esas plazas. Bueno, pues eliminemoslas. Que todo el mundo tenga que competir por mantener su plaza. Quizá asi solo se planteará tejer una carrera investigadora los que esten dispuestos a mantener una carrera activa durante todoa su vida profesional.
Otra cosa. Nos tiramos de los pelos con la investigación en España. Yo también, y me quedan pocos !!, pero quizá tengamos que aceptar cual es la situación de la investigación en españa. Por ejemplo, un investigador de Argelia, pues lo más seguro es que tenga que salir de su pais para investigar. Posiblemente ni se lo planteen, simplemente saben que investigar equivale a salir fuera. Precisamente por las condiciones de contorno. Pues en España investigar hoy en dia significa salir fuera. Otra cosa es si eso es lo mejor para el pais o no lo es, que mi opinión es que no lo es. Pero, las cosas están asi, y quien quiera investigar debería tener claro esto a dia de hoy. Si eso es demasiado trance para un futuro investigador, pues entonces elije otro trabajo.
A mi entender, este gobierno esta destrozando el futuro economico, tecnologico, industrial, educativo y social de este pais. Y creo que hay que pelear fuertemente para que eso no se cumpla, como por ejemplo haciendo ver que hay que invertir en investigación. Pero, por otro lado, para un investigador, salir fuera es una experiencia potente, enriquecedora y, diria, necesaria. El investigador no debería tener en mente sacarse su plaza, si no investigar. Ojo, soy Juan de la Cierva, y mi futuro en España es bien incierto. Pero, joder, Nueva York?, Australia?, Nueva Zelanda?, California?, Alemania?, Japón?, … ¿en serio que viajar a esos paises para investigar con los mejores grupos del mundo es un problema?
Ni siquiera el tener hijos lo veria como un impedimento. Joder, que experiencia tan rica para un nano viajar a todos esos sitios y conocer todos esos lugares.
Desde luego, el error está en que todos esos investigadores que han demostrado gran pasión por su trabajo, y que se han lanzado a la aventura a conocer todos esos lugares, un dia determinado, les apetece poder volver a su pais. Y eso es legítimo, además de recomendable ¿qué mejor que traer a esos grandes investigadores para que formen sus grupos en España, para que formen a nuevos investigadores, y recojer todos los frutos que ahn ido recolectando a través de su periplo?
En eso si que invertiría mucho esfuerzo. Antes se hacía, Ortega y Gaset, o Emilio Lledó con ejemplos, por citar dos que me vienen a la cabeza.
El problema creo que tiene muchas aristas. La principal, que España no apuesta por la investigación, pero creo que hay otras secundarias. La investigación se ha democratizado, somos muchos mas que antes, y hay muchas motivaciones para ser investigador. En la actualidad podemos decir que existen investigadores ultra motivados, motivados, medio motivados, poco motivados y nada motivados. Y todos queremos acceder a lo mismo: una plaza. Algunos de estos están mas dispuestos a sacrificar ciertas cosas, y otros sin embargo estan muy poco dispuestos a sacrificar nada. Creo que eso también entra dentro del problema.
Julián Alejandro Cánovas-Yáñez Moriano dice:
22 sep 2016
Si miramos el reino animal, las migraciones son sinónimo de fecundidad, así el macho se desplazará al encuentro de la hembra, poniéndole a prueba, fortaleciéndolo y realizando una discriminación positiva de los mejores genes.
También la sabia lejana fecundará las matrices propias de la sabia cercana, y esta sabia cercana se convertirá en sabia lejana para otras matrices. La migración es la oxigenación y el enriquecimiento, el fortalecimiento de la vida, en estos casos material. Y en el caso de las migraciones humanas, sobre todo, el enriquecimiento de la propia riqueza o desarrollo.
Si miramos con ojos apenados a aquel que se marcha, no estaremos mirando con la suficiente perspectiva. Más, aquel que propicie tal dolor, y parto, es un canalla, y su condena es serlo. Gracias a Dios, en los mundos desarrollados, las migraciones no son tan necesarias, como argumenta el Doctor Rayón, y contamos con fuentes de ubicuidad como los medios de comunicación para llevarlas a cabo a diario.
Sin embargo, si la causa tiene lugar y la migración ocurre, será porque la puerta del desarrollo aún ha de abrirse, con consecuencias de tal calado material. Igualmente se dice que un país tiene el gobierno que se merece o que necesita. Esto no disculpa al pueblo, sino que le implica y lo hace responsable, adulto. Y el cierre acérrimo solo puede dar lugar al desbordamiento, que es cuando el león pasa por el aro, y somos felizmente fecundados, y el público se asombra por medio de una «ova»-ción y se pone en pie(se eleva).