Guillermo, me quedo con el último párrafo. Madre mía la de curvas que nos encontramos y son cerradas las jodidas, que no sabemos a dónde nos llevan. Queremos que después de la curva se abra el angosto camino y nos lleve a un hermoso valle con lago incluido, pero la mayoría de las veces no. A menudo te encuentras otra curva y llegar a la cumbre es ese momento revelador en el que te das cuenta que no sabes nada, que hay tantas cumbres alrededor por subir y tantas otras que no alcanzamos a ver. Efectivamente, como no encontremos el disfrute en ese reto continuo a la carrera científica no sobreviviría ni el tato 😉 Yo estoy cerca de una de las metas volantes, quizás un pequeño puerto de montaña, pero es que se me ha hecho de noche, creo que necesito un frontal!
Pues si, pero, es que de eso se trata no, de disfrutar lo maximo que podamos. Hay muchas formas de disfrutar.
Hoy mismo he hecho un viaje motero de Firenze a Arezzo, trazando el paso de Consuma. El primer intento ha sido error total, me he perdido completamente. Para intentar volver al trazado correcto el GPS me llevaba por carreteras de cabra que mi moto no podia ni asomarse. Al final me he decidido por una que no tenia tan mala pinta, y he visto unos piasajes impresionantes ¡¡. No hay mal que por bien no venga. A la bajada de Consuma, de camino a Arezzo, al intentar adelantar a un coche, el mamón se ha picado y me ha cortado en medio de una curva muy cerrada. He tenido que hacer un recto y meterme en el carril contrario hasta parar fuera de la carretera. A la vuelta, me he encontrado otra curva más cerrada de lo que pensaba, y llevaba demasiada velocidad, por lo que he tenido que tumbar mas de lo que mi tecnica me permite, poniendo pie en asfalto.
Esas malditas, aunque hermosas, curvas ahora las recuerdo tan vivamente como el paseo por el Arezzo medieval. De unas se aprende, de otras se disfruta, pero si aprendes, tambien disfrutas ¡¡.
Animo con esa tesis, que ya la tienes ahi. Una vez encontrado el camino, solo hay que ir trazando las curvas, una a una, sin prisa, pero sin pausa, y disfrutando de ellas ¡¡, o al menos intentandolo. Y si hace falta frontal, pues oye, en decathlon los hay baratos ¡¡. 😉
2 comentarios
Eva Alloza dice:
22 Jul 2012
Guillermo, me quedo con el último párrafo. Madre mía la de curvas que nos encontramos y son cerradas las jodidas, que no sabemos a dónde nos llevan. Queremos que después de la curva se abra el angosto camino y nos lleve a un hermoso valle con lago incluido, pero la mayoría de las veces no. A menudo te encuentras otra curva y llegar a la cumbre es ese momento revelador en el que te das cuenta que no sabes nada, que hay tantas cumbres alrededor por subir y tantas otras que no alcanzamos a ver. Efectivamente, como no encontremos el disfrute en ese reto continuo a la carrera científica no sobreviviría ni el tato 😉 Yo estoy cerca de una de las metas volantes, quizás un pequeño puerto de montaña, pero es que se me ha hecho de noche, creo que necesito un frontal!
Guillermo Muñoz Matutano dice:
22 Jul 2012
Pues si, pero, es que de eso se trata no, de disfrutar lo maximo que podamos. Hay muchas formas de disfrutar.
Hoy mismo he hecho un viaje motero de Firenze a Arezzo, trazando el paso de Consuma. El primer intento ha sido error total, me he perdido completamente. Para intentar volver al trazado correcto el GPS me llevaba por carreteras de cabra que mi moto no podia ni asomarse. Al final me he decidido por una que no tenia tan mala pinta, y he visto unos piasajes impresionantes ¡¡. No hay mal que por bien no venga. A la bajada de Consuma, de camino a Arezzo, al intentar adelantar a un coche, el mamón se ha picado y me ha cortado en medio de una curva muy cerrada. He tenido que hacer un recto y meterme en el carril contrario hasta parar fuera de la carretera. A la vuelta, me he encontrado otra curva más cerrada de lo que pensaba, y llevaba demasiada velocidad, por lo que he tenido que tumbar mas de lo que mi tecnica me permite, poniendo pie en asfalto.
Esas malditas, aunque hermosas, curvas ahora las recuerdo tan vivamente como el paseo por el Arezzo medieval. De unas se aprende, de otras se disfruta, pero si aprendes, tambien disfrutas ¡¡.
Animo con esa tesis, que ya la tienes ahi. Una vez encontrado el camino, solo hay que ir trazando las curvas, una a una, sin prisa, pero sin pausa, y disfrutando de ellas ¡¡, o al menos intentandolo. Y si hace falta frontal, pues oye, en decathlon los hay baratos ¡¡. 😉
Suerte.
G.