«Arena», autor: Curiosity Rover

Es pequeño y está en medio de nada. Quizá por eso te ha llamado la atención. Una gran extensión de arena y él en medio, solo, ensimismado. Cogiendo con su pequeña mano un puñado de arena y dejándolo caer entre sus dedos, fascinado, observando cómo fluye, formando una pequeña cascada de partículas que desaparecen al llegar a la superficie de la playa, confundiéndose con millones de partículas iguales que ellas. Repite la operación, esta vez levantando más el brazo, y sonríe mientras ve caer la arena. Su sonrisa se te contagia, y viendo al bebé sentado en la playa no resulta difícil imaginar aquellos momentos en que todo era nuevo, cada paso, cada objeto, cada imagen.

Hace sólo unos días un gesto parecido se ha producido a millones de kilómetros de distancia. Un gesto que aúna esa especie de curiosidad inocente, infantil, de toda la humanidad. El Curiosity Rover, la sonda-robot enviada a Marte por la NASA, ha recogido el primer puñado de arena de la superficie del planeta. Y lo ha sopesado, lo ha estudiado con el interés de aquello que nos resulta nuevo, y tal y como hacíamos nosotros de niños, se ha fijado en algo que destaca, que no es igual que lo que le rodea, como ese trozo de alga que encontrabas en el agujero del foso del castillo de arena. Puede que en este caso no sea más que un trozo de plástico proveniente del propio Curiosity, pero ha desatado todo un protocolo de análisis en la NASA, equivalente, de alguna manera, al ceño fruncido del niño que comprueba la textura viscosa, la temperatura y el olor del fragmento de alga, acumulando más información de la que él mismo podría explicar.

Una de las consecuencias de la vida es la generación de estructuras, organismos o materiales que, de alguna manera, destacan por diferenciarse del medio en que se encuentran. La partícula entre la arena removida por el Curiosity, el propio Curiosity en la superficie de Marte, el ser humano, responsable de esa misión, en el planeta Tierra. Cosas que destacan dentro del medio en que se encuentran. Como el bebé levantando puñados de arena en la playa. Cosas que nos hacen sentir vivos.