Coincido con lo que dices sobre el aprendizaje. En tantas ocasiones es lo superficial y accesorio lo que nos hace recordar lo importante y sesudo. Creo que la fuerza del estilo de Poliakoff es empezar por lo cotidiano, conectándolo con lo más común y corriente, para una vez enganchados darnos esas píldoras condesadas de sabiduría. En este caso una sabiduría científica que nos permite hablar de cualquier cosa y faceta de la realidad (y no sólo de la natural, también de la social; algo que los científicos sociales no suelen tener presente. Aunque se quejan/no quejamos de aquellos, en ciencias sociales falta un esfuerzo divulgativo que por lo menos en las ciencias naturales ya lleva una buena andadura). Poliakoff ha hecho suyo el lema constructivista de que el aprendizaje sea significativo. Ya para ello no hace falta grandes rollos. En el ámbito del sistema formal, algo se había avanzado en esa línea, y faltaba corregir fallos y defectos, no tirar el niño con el agua de la bañera, que es la opción por la que parece decantarse Wert y su equipo, lo cual es lo más lejos de lo que un buen liberal como Popper le recomendaría. Parece que volvemos a los tiempos oscuros de la escuela y a los modelos refractarios de aprendizaje.
1 comentarios
Javier dice:
14 Dec 2012
Coincido con lo que dices sobre el aprendizaje. En tantas ocasiones es lo superficial y accesorio lo que nos hace recordar lo importante y sesudo. Creo que la fuerza del estilo de Poliakoff es empezar por lo cotidiano, conectándolo con lo más común y corriente, para una vez enganchados darnos esas píldoras condesadas de sabiduría. En este caso una sabiduría científica que nos permite hablar de cualquier cosa y faceta de la realidad (y no sólo de la natural, también de la social; algo que los científicos sociales no suelen tener presente. Aunque se quejan/no quejamos de aquellos, en ciencias sociales falta un esfuerzo divulgativo que por lo menos en las ciencias naturales ya lleva una buena andadura). Poliakoff ha hecho suyo el lema constructivista de que el aprendizaje sea significativo. Ya para ello no hace falta grandes rollos. En el ámbito del sistema formal, algo se había avanzado en esa línea, y faltaba corregir fallos y defectos, no tirar el niño con el agua de la bañera, que es la opción por la que parece decantarse Wert y su equipo, lo cual es lo más lejos de lo que un buen liberal como Popper le recomendaría. Parece que volvemos a los tiempos oscuros de la escuela y a los modelos refractarios de aprendizaje.