El mapa de «La caza del Snark»
Entramos en la sala, hace calor. Parece que estamos en un acelerador de partículas, al menos imagino que si van aceleradas y se chocan deberían liberar energía. Él no sé qué debe pensar, solo sé que tiene calor. Una bioinformática y un filósofo en el Kosmopolis, unas jornadas de literatura amplificada y que esta edición tiene la Tercera Cultura, la que surge de la unión entre cultura literaria y científica, como uno de sus temas principales. La charla La caza del bosón va a tratar de hacer un relato paralelo entre la obra La caza del Snark (1874) de Lewis Carroll y la búsqueda del bosón de Higgs.
En el último año he ido a diversas charlas de física de partículas sobre el bosón de Higgs, cada una de ellas con un registro de comunicación muy diferente. La primera fue la mediática presentación de lo que parecía ser un nuevo bosón y fue transmitida en directo por internet desde el CERN. Durante dos horas mantuve una pantallita en la parte superior izquierda de mi ordenador, mientras chateaba con un amigo ingeniero sobre lo que iban anunciando e intentaba trabajar; sí, demasiadas cosas pero en realidad solo quería llegar a oír aquello de que habían detectado el Higgs con más de tres sigmas, es decir, con un alto grado de certeza. Hace unos días pensaba que tal como está la higgsteria un especialista se ganaría la vida yendo de una lado para otro dando charlas sobre el bosón de Higgs. ¿Cómo hemos llegado a la fiebre del Higgs si la mayoría no alcanzamos a entender qué es el modelo estándar, el campo de Higgs, el bosón de Higgs o incluso no sabíamos ni qué cara tiene el señor Higgs y sus secuaces? ¿Qué flauta de Hamelín toca la física de partículas para que haya conseguido llevarnos a su terreno?
Así que, volviendo al Kosmopolis, empieza la función y me gusta la melodía con la que nos van a hipnotizar. Sonia Fernández Vidal es física, escritora y divulgadora científica; Martine Bosman es catedrática de investigación del IFAE y directora del Consejo del ATLAS, uno de los grandes experimentos para encontrar el Higgs, y finalmente, se les une Tamara Vázquez Schröder, investigadora del ATLAS que está pero no está, pues aparece en teleconferencia desde la sala de control del ATLAS en el CERN.
La caza del Snark de Lewis Carroll narra en ocho poemas las aventuras de una tripulación que busca un animal mitológico, el Snark. La charla en realidad es una continua analogía entre la obra literaria y el experimento científico, Tercera Cultura en potencia. Extractos de esa épica y misteriosa aventura nos conducen a través de una compleja investigación científica explicada de forma muy asequible. Me quedo en realidad con tres paralelismos muy interesantes que se han hecho durante la charla.
Es fascinante lo heterogénea de la tripulación en busca del Snark, personajes tan dispares como un limpiabotas o un abogado dentro de un mismo barco. Y qué es sino el ATLAS, un gran experimento en el que participan 3000 investigadores de 38 países, un tercio de los cuales son estudiantes. Físicos, ingenieros, informáticos y un largo etcétera de profesionales que trabajan codo con codo para llevar a cabo un objetivo, donde la suma de las individualidades hace un ente poderoso que camina más aprisa. La interdisciplinariedad y transversalidad da potencia a nuestras búsquedas.
El Snark, un animal mitológico mitad serpiente mitad tiburón, es un personaje que nadie ha visto y que todos buscan. En el caso de las partículas tenemos al bosón de Higgs, la única partícula que queda por encontrar del modelo estándar, el que describe las relaciones entre las interacciones y las partículas elementales de la materia. Carroll hace que surquen mares para buscar un ser mitológico y el ATLAS no cesa de hacer chocar partículas en el LHC hasta que se genere y se detecte un número suficiente de veces el llamado bosón de Higgs, y así poder decir que ha sido detectado con certeza. Investigar para poder describir lo que nos rodea y que todo encaje.
El mapa en blanco, sin tierra ni símbolos, que compra el capitán para orientarse y buscar el Snark, suponiendo que éste exista. Tanto en la búsqueda del bosón de Higgs como tantísimos otros estudios vamos a ciegas, tenemos una pequeña luz pero hay tanta oscuridad a nuestro alrededor, tanto espacio por descubrir. Otras veces se crea conocimiento apoyándose en datos previos, pero sin dogmatismos. Podemos tener un plano bien descrito pero debemos estar atentos a cualquier cambio inesperado, en cualquier momento tu mapa en blanco puede ser otro mapa en blanco.
¿La tripulación logra encontrar y capturar el Snark? ¿Realmente el bosón que se ha detectado es el de Higgs? ¿Qué características tiene? El formato fue muy estimulador y salimos con una conversación animada que duró durante toda la cena y las copas de después. Parece que Kosmopolis consiguió su objetivo, una científica sale maravillada por el mundo sin sentido creado por Lewis Carroll y pretende leer la caza original, por otro lado un filósofo sale con nuevas preguntas sobre partículas elementales y quiere ir más allá con temas como la antimateria. Nos sembraron la curiosidad en las dos culturas para encontrar un tercer punto mucho más enriquecedor, la Tercera Cultura.
2 comentarios
j dice:
24 mar 2013
Estupenda entrada! Aún hoy sigue sorpendiéndome la actualidad del libro de C.P. Snow.
Eva Alloza dice:
24 mar 2013
Benvingut j, de tan discret si no te n’adones quasi que et quedes sense nom.
Gracias por el comentario. La Tercera Cultura, sigue de actualidad el libro de C.P. Snow por dos cosas. Se pueden hacer muchas cosas que liguen literatura y ciencia de manera que el resultado sea más productivo, que permita explorar y crear nuevos mundos. Pero por otro lado, también está de actualidad porqué seguimos fallando en ese objetivo y las letras y las ciencias siguen estando demasiado separadas, hay muchas estructuras que siguen compartimentalizando demasiado el conocimiento, y creemos que eso no es bueno.