Hay días que necesito volver a casa con la música a tope al salir del laboratorio. Me relaja y me regala unos segundos de felicidad. Cantar y gritar. Ayer era uno de esos días. Nada más y nada menos que volví con Janis Joplin y su «Cry baby». En seguida me vinieron recuerdos de esos largos días escribiendo la tesis. Janis me acompañaba con su voz desgarrada y su sentimiento. Después de acabarla y defenderla, estuve mucho tiempo que no quería ni oirla, quería olvidar esa temporada. Pero ayer fue diferente, no tenía una sensación de pesadez y agobio, sentía que me había liberado. ¡Por fin! Y eso me ha hecho un poco más feliz. A partir de ahora, solo llorará ella.

Gracias a ese momento, empecé a recordar momentos de laboratorio realmente buenos acompañados de buena música. Vibrar con el «Aire» de José Mercé mientras montas un western blot. Bailar Fangoria esperando a que se acabe el interminable ensayo de Pulso y Caza. Oir rock del bueno mientras procesas las orinas y aislas el ADN. Seguir el ritmo de extremoduro con los pies mientras jugueteas con el IGV. E incluso disfrutar de un poco de Sigur Rós mientras programo. Buenos momentos en los que la música te lleva un poco más allá y te hace disfrutar doblemente del trabajo, te motiva. Estimula tu creatividad y aumenta tu concentración. Y es que a la hora de escribir un artículo debería haber una sección «Sources of inspiration» en la que pudieras añadir qué música te ha inspirado y ayudado en la realización del proyecto, sin pagar ningún canon por supuesto. O qué imagen, cuadro o escultura estabas observando cuando de repente lo entendiste todo y te cuadraban los datos y las evidencias. O cualquier otro momento de inspiración que te haya ayudado a acabar el proyecto. Al fin y al cabo, es tan importante que tú estés motivado como seguir el protocolo correctamente, o ser sistemático, tanto como creativo.

Y vosotros, ¿Creéis que se deberían poner las aportaciones artísticas que te han ayudado a finalizar los proyectos? ¿La música te acompaña o te ayuda?

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