Estoy muy de acuerdo contigo, Su. A mí me pasó justo lo contrario en mi instituto. Me acostumbré tanto a que todo, todo, todo se aprendía desde, en, para y por los libros, que me extrañaba incluso que una amiga que estaba en primero de Biología saliera al campo con su clase a recoger muestras de plantas etc. ¿¿Para qué??, pensaba yo. Imagínate qué “atrofiamiento” tenía por el sistema!! (y eso que estudié en el liceo francés, donde hay más razonamiento que memoria… pero lo de salir a conocer la realidad nada de nada).
Lo que se aprende por la experiencia directa no solo se aprende con más ilusión y motivación sino que se olvida con mucha menos facilidad. Y hay algunas cosas que no pueden llegar a captarse igual si no las tienes ahí al alcance de la mano. Ahora tenemos un huertito en casa, por ejemplo, y no se me ocurriría echarles nada tóxico a las fresas para que crezcan más sabrosas, porque las estoy viendo crecer y me resulta obvio que estarán hechas de lo que tomen de la tierra… esto que parece tan trivial, si piensas que las fresas nacen y crecen en un supermercado no lo ves tan claro.
Para cambiar -de verdad- la educación no basta, desde luego, con poner o quitar religión o educación para la ciudadanía. Eso son parches.
Es necesario un cambio de paradigma,sí, pero para alcanzar ese dificil objetivo es necesario un cambio más profundo…
Un cambio que nace de nosostros mismos…
Un cambio en la manera de “entender” y “sentir” lo que significa la palabra MAESTRO.
Santiago Ramón y Cajal en 1901 comparaba la labor del maestro con la de un jardinero de almas: “Ser padre, algo es; ser Maestro afortunado es más aún, pero desenvolver un buen entendimiento, colaborar en sus triunfos, es alcanzar la paternidad más alta y más noble. Es como corregir y perfeccionar la obra de la Naturaleza lanzando al mundo poblado de flores amarillas, vulgares, repetidas…una flor nueva, que acredita la marca de fábrica del jardinero de almas y que se distinga de la muchedumbre de las flores humanas por un matiz raro, precioso, exquisito”.
Bellas palabras que inspiran…
Me temo que tendremos que seguir aguantando parches de los políticos de turno, y como indica Elena, un cambio de sociedad. El 80% de los docentes sólo están preocupados de si su asignatura desaparece o les bajan el sueldo (claro, como a cualquier hijo de vecino). Esto tanto en primaria, como secundaria, y la universidad ya no digamos (aquí ya están convertidos en auténticos políticos). Nunca antes de la crisis (bajada de sueldo y propuesta LOMCE) he oído propuestas serias de cambio de paradigma. Por suerte, y aunque de forma tímida, los llamados “modelos de escuela libre” van apareciendo también.
El jardinero de almas no es movido por la diosa productividad.
3 comentarios
Gupe dice:
19 Jun 2013
Estoy muy de acuerdo contigo, Su. A mí me pasó justo lo contrario en mi instituto. Me acostumbré tanto a que todo, todo, todo se aprendía desde, en, para y por los libros, que me extrañaba incluso que una amiga que estaba en primero de Biología saliera al campo con su clase a recoger muestras de plantas etc. ¿¿Para qué??, pensaba yo. Imagínate qué “atrofiamiento” tenía por el sistema!! (y eso que estudié en el liceo francés, donde hay más razonamiento que memoria… pero lo de salir a conocer la realidad nada de nada).
Lo que se aprende por la experiencia directa no solo se aprende con más ilusión y motivación sino que se olvida con mucha menos facilidad. Y hay algunas cosas que no pueden llegar a captarse igual si no las tienes ahí al alcance de la mano. Ahora tenemos un huertito en casa, por ejemplo, y no se me ocurriría echarles nada tóxico a las fresas para que crezcan más sabrosas, porque las estoy viendo crecer y me resulta obvio que estarán hechas de lo que tomen de la tierra… esto que parece tan trivial, si piensas que las fresas nacen y crecen en un supermercado no lo ves tan claro.
Para cambiar -de verdad- la educación no basta, desde luego, con poner o quitar religión o educación para la ciudadanía. Eso son parches.
Elena dice:
19 Jun 2013
Es necesario un cambio de paradigma,sí, pero para alcanzar ese dificil objetivo es necesario un cambio más profundo…
Un cambio que nace de nosostros mismos…
Un cambio en la manera de “entender” y “sentir” lo que significa la palabra MAESTRO.
Santiago Ramón y Cajal en 1901 comparaba la labor del maestro con la de un jardinero de almas: “Ser padre, algo es; ser Maestro afortunado es más aún, pero desenvolver un buen entendimiento, colaborar en sus triunfos, es alcanzar la paternidad más alta y más noble. Es como corregir y perfeccionar la obra de la Naturaleza lanzando al mundo poblado de flores amarillas, vulgares, repetidas…una flor nueva, que acredita la marca de fábrica del jardinero de almas y que se distinga de la muchedumbre de las flores humanas por un matiz raro, precioso, exquisito”.
Bellas palabras que inspiran…
Susana dice:
11 Jul 2013
Me temo que tendremos que seguir aguantando parches de los políticos de turno, y como indica Elena, un cambio de sociedad. El 80% de los docentes sólo están preocupados de si su asignatura desaparece o les bajan el sueldo (claro, como a cualquier hijo de vecino). Esto tanto en primaria, como secundaria, y la universidad ya no digamos (aquí ya están convertidos en auténticos políticos). Nunca antes de la crisis (bajada de sueldo y propuesta LOMCE) he oído propuestas serias de cambio de paradigma. Por suerte, y aunque de forma tímida, los llamados “modelos de escuela libre” van apareciendo también.
El jardinero de almas no es movido por la diosa productividad.