Los árboles también son patrimonio, forman parte de la composición de los entornos, en algunos casos (no pocos) desde hace más que los edificios a los que los turistas hacen fotos. A mí también me gusta mirar por la ventana y verlos, reconocerlos y saber que todo sigue bien, que nos acompañan con su desapercibida presencia. No hace mucho perdí dos palmeras a manos del picudo, y me sorprendió lo mucho que me afectó.
Estoy totalmente de acuerdo; qué menos que saber qué ha pasado con esos compañeros de despertar, de trabajo, de paseos, de vida. (Y cómo envidio sanamente tu lugar de trabajo, Eva).
Qué pena. Pero lamentablemente, más pena aún da pensar demasiado en ello y darte cuenta de que la respuesta a todas esas incógnitas sea precisamente… que a la mayoría de la gente se la suda. No les afecta. Tú misma lo muestras, en el mismísimo botánico que disfrutaba de esos árboles, no salió todo el mundo en tropel a preguntar qué ha pasado, quién es el responsable de esto; incluso muchos ni se dieron cuenta. Recuerdo que en mi barrio, al lado de mi casa hay un parque con unos árboles bestiales, densos, llenos de pájaros y que dan una sombra gloriosa todo el año. Pues bien, me cuentan que hubo una movilización vecinal reuniendo firmas para talarlos, porque los frutos que dejan en el suelo enguarraban mucho las aceras. Afortunadamente no prosperó. No trato de trasladar la culpa de unos a otros, por supuesto; pero los que mandan y regulan sin tener ni pajolera idea o sin importarles un carajo lo que piensen los ciudadanos de sus acciones, seguirán haciéndolo mientras los ciudadanos… pues sencillamente no piensen nada de estas acciones. Es otra lucha, conseguir que a la gente no sólo le preocupen estas cosas, sino que les preocupen lo bastante como para hacer algo al respecto. Si juntamos esto con que a quienes nos importan de verdad a menudo nos sentimos cansados de quejarnos y de no obtener una respuesta a las quejas… pues el panorama es bastante desolador.
Vaya, menudo comentario deprimente mierder me ha salido! Bueno pues para terminar con una nota optimista diré que has hecho lo correcto, que es poner el grito no en el cielo sino en la red, plasmándolo de manera indeleble y haciendo correr la voz al menos de algún modo. Es lo mínimo que nos queda, hoy día; y soy de los que piensan que no debemos dejar de quejarnos, nunca, por nada. Y sobre todo compartir las quejas y las inquietudes, para que de algún modo, si no prende una mecha, al menos que se vaya calentando lo suficiente.
Un saludo y ánimo, al menos como dicen arriba en vuestro lugar de trabajo tenéis un entorno envidiable. Y que dure.
Perdona Dr. Litos, se me pasó este comentario tuyo que he rescatado hoy. Gracias. Y además tengo que darte toda la razón también a ti. Efectivamente hay pocas movilizaciones para defender cosas como las que no pasó en la plaza de delante del Botánico, y luego sí surgen algunas surrealistas como las de quienes no quieren árboles cerca porque les “ensucian” coches, aceras y patios…
Aunque también fastidia que todo tenga que depender de los movimientos ciudadanos. Que yo no se qué costaría algo como lo que yo planteaba, que cuando haya que tomar una acción sobre vegetación hubiera botánicos, ingenieros etc a los que consultar, y que se informara a la gente (en la prensa, o en un panel en la misma calle) de lo que se va a hacer y porqué. Es algo que no se hace quizá porque la gente no lo demanda, pero creo que es algo implícito a la acción, que no debería pasarse por alto, que tendría que ser un lógico paso más.
Y vamos, que me seguiré quejando de cualquier cosa y os lo iré contando! :-))
[…] vez. Mi turno en el orden de entradas en el blog coincide con el día del libro. Exactamente igual que el año pasado. No puedo hacer otra cosa que volver a intentar honrar a este objeto que, como ya califiqué en […]
4 comentarios
Pablo dice:
1 Apr 2014
Los árboles también son patrimonio, forman parte de la composición de los entornos, en algunos casos (no pocos) desde hace más que los edificios a los que los turistas hacen fotos. A mí también me gusta mirar por la ventana y verlos, reconocerlos y saber que todo sigue bien, que nos acompañan con su desapercibida presencia. No hace mucho perdí dos palmeras a manos del picudo, y me sorprendió lo mucho que me afectó.
Estoy totalmente de acuerdo; qué menos que saber qué ha pasado con esos compañeros de despertar, de trabajo, de paseos, de vida. (Y cómo envidio sanamente tu lugar de trabajo, Eva).
Dr. Litos (@DrLitos) dice:
2 Apr 2014
Qué pena. Pero lamentablemente, más pena aún da pensar demasiado en ello y darte cuenta de que la respuesta a todas esas incógnitas sea precisamente… que a la mayoría de la gente se la suda. No les afecta. Tú misma lo muestras, en el mismísimo botánico que disfrutaba de esos árboles, no salió todo el mundo en tropel a preguntar qué ha pasado, quién es el responsable de esto; incluso muchos ni se dieron cuenta. Recuerdo que en mi barrio, al lado de mi casa hay un parque con unos árboles bestiales, densos, llenos de pájaros y que dan una sombra gloriosa todo el año. Pues bien, me cuentan que hubo una movilización vecinal reuniendo firmas para talarlos, porque los frutos que dejan en el suelo enguarraban mucho las aceras. Afortunadamente no prosperó. No trato de trasladar la culpa de unos a otros, por supuesto; pero los que mandan y regulan sin tener ni pajolera idea o sin importarles un carajo lo que piensen los ciudadanos de sus acciones, seguirán haciéndolo mientras los ciudadanos… pues sencillamente no piensen nada de estas acciones. Es otra lucha, conseguir que a la gente no sólo le preocupen estas cosas, sino que les preocupen lo bastante como para hacer algo al respecto. Si juntamos esto con que a quienes nos importan de verdad a menudo nos sentimos cansados de quejarnos y de no obtener una respuesta a las quejas… pues el panorama es bastante desolador.
Vaya, menudo comentario deprimente mierder me ha salido! Bueno pues para terminar con una nota optimista diré que has hecho lo correcto, que es poner el grito no en el cielo sino en la red, plasmándolo de manera indeleble y haciendo correr la voz al menos de algún modo. Es lo mínimo que nos queda, hoy día; y soy de los que piensan que no debemos dejar de quejarnos, nunca, por nada. Y sobre todo compartir las quejas y las inquietudes, para que de algún modo, si no prende una mecha, al menos que se vaya calentando lo suficiente.
Un saludo y ánimo, al menos como dicen arriba en vuestro lugar de trabajo tenéis un entorno envidiable. Y que dure.
Eva dice:
27 May 2014
Perdona Dr. Litos, se me pasó este comentario tuyo que he rescatado hoy. Gracias. Y además tengo que darte toda la razón también a ti. Efectivamente hay pocas movilizaciones para defender cosas como las que no pasó en la plaza de delante del Botánico, y luego sí surgen algunas surrealistas como las de quienes no quieren árboles cerca porque les “ensucian” coches, aceras y patios…
Aunque también fastidia que todo tenga que depender de los movimientos ciudadanos. Que yo no se qué costaría algo como lo que yo planteaba, que cuando haya que tomar una acción sobre vegetación hubiera botánicos, ingenieros etc a los que consultar, y que se informara a la gente (en la prensa, o en un panel en la misma calle) de lo que se va a hacer y porqué. Es algo que no se hace quizá porque la gente no lo demanda, pero creo que es algo implícito a la acción, que no debería pasarse por alto, que tendría que ser un lógico paso más.
Y vamos, que me seguiré quejando de cualquier cosa y os lo iré contando! :-))
Un libro, ¡¡Eureka!! | Blog de piratas de la ciencia dice:
22 Apr 2014
[…] vez. Mi turno en el orden de entradas en el blog coincide con el día del libro. Exactamente igual que el año pasado. No puedo hacer otra cosa que volver a intentar honrar a este objeto que, como ya califiqué en […]