Fuente de la imagen: Agencia SINC
Cuando hace poco me decidí a asistir a un taller de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Valencia para tratar el tema de la comunicación no sexista en nuestras webs, publicaciones y redes sociales, me puse el traje de escéptica y me preparé el discurso de los que ridiculizan a quienes se pasan el día entre médicos y médicas, y le cuelgan la dichosa @ a cualquier palabra para ser correctos y correctas. Sin embargo, y por mucho que me empeñé, no pude evitar acabar algo convencida de que haciendo un pequeño esfuerzo gramatical, sin que te salgan agujetas ni nada, podemos conseguir que no parezca que vivimos en mundo donde todos los que hacen o dicen cualquier cosa en cualquier parte son hombres, porque no lo son.
Afortunadamente las mujeres están, en mayor o menor número, en casi todos los ámbitos y a casi todos los niveles. También en ciencia. Aunque en este campo, como en muchos otros, siguen habiendo grandes barreras que superar. Hace bien poco surgió la polémica con la campaña Sciencie: it’s a girl thing con la que se pretendía atraer a las jóvenes hacia la carrera científica y con la que más bien se consiguió que echaran a correr en dirección contraria. Los que formamos el bloc discutimos sobre el tema y hubo opiniones para todos los gustos. ¿La mía? Contrataron a la agencia de publicidad equivocada. Una que no entiende que una cosa es que una científica sea mujer, y por supuesto en su vida personal se maquille y se vaya de compras, y otra que a una estudiante de ciencias la vayan a seducir con unas modelos que convierten un pseudolaboratorio en un lugar erótico festivo. Como la cursilada aquella de “una rubia muy legal” pero en versión bata blanca.
Pensando en todo esto me siento un rato a hojear el último número de Mètode y me zambullo en la vida apasionante de la científica por excelencia, Marie Curie. Analizan la famosa imagen en la que está rodeada de señores barbudos en el primer congreso Solvay. De un solo vistazo ya me hago una idea de lo que tuvo que ser estar en un ambiente en el que no se encaja, en el que, aparte de los conocimientos poco más se comparte, ni estados de ánimo, ni convicciones, ni mucho menos sentimientos por la igualdad de géneros. Algo que sin embargo pareció no afectarle en absoluto. ¿Cómo puede darle tiempo a alguien, en apenas once años, a casarse, hacer un doctorado, recibir dos premios Nobel y tener dos hijas?
Desde luego estamos ante un caso extraordinario, una fuera de serie a nivel personal y profesional, porque la mayoría de las veces las mujeres deben enfrentarse a la merma de su carrera científica cuando deciden dedicar también parte de su tiempo a su familia. Un estudio reciente aseguraba que los criterios con que se evalúa a las científicas no tenían en cuenta, por ejemplo, las interrupciones de su carrera que se veían obligadas a hacer. Pero no es solo eso, pues contamos también con todo un bagaje de lucha por hacer visible el rostro de la ciencia hecha en femenino. Porque sí, hay que decirlo, en muchísimos casos las científicas son invisibles.
Este fue el argumento de partida de la exposición que desarrolló RUVID y que sigue circulando por las instituciones y universidades de nuestro país. Retratos e historias de mujeres con carreras admirables en matemáticas, biología, informática, y cuyos nombres es imposible que nos suenen, porque no trascienden. ¿Se esconden? No, las esconden, y no una perversa trama de hombres poderosos y malignos pero acomplejados y temerosos, sino una sociedad simplona y tópica que todavía arrastra prejuicios e impedimentos que parecen insalvables.
No pido mucho, apenas que podamos dejar de encontrarnos magníficas frases como estas, reflejo de lo que han tenido que vivir las mujeres en la ciencia:
“La matemática Émilie du Châtelet ha pasado a la historia como la amante de Voltaire, pero trabajaban juntos en investigaciones de física y matemáticas”. O lo que es lo mismo, vale, sabía de números, pero en ropa interior estaba imponente. .
“Rosalind Franklin fue la experta en rayos X que con sus fotografías posibilitó a Watson y Crick descubrir la estructura de doble hélice del ADN, pero su nombre no apareció después”. Ya claro, por unas fotitos de nada…
“Lise Meitner descubrió junto a Otto Hahn la fisión nuclear. Lamentablemente, él fue el único que recibió el Nobel por el descubrimiento en 1945”. Total, si luego el diploma ya en casa lo ven los dos.
“Ha habido muchísimas mujeres en la historia que se han dedicado a la ciencia en todas las disciplinas, y sin embargo la mayoría de sus trabajos se han atribuido a sus padres, hermanos, maridos, compañeros o amantes”. Porque, quién se va a creer que eso ha salido de ellas, ¿no?
Así pues, creo que ya no es momento de preguntarnos si las mujeres somos igual de buenas, estamos lo suficientemente preparadas o tenemos las mismas capacidades que los hombres. Si alguien tiene alguna duda en la respuesta por favor que se lo haga mirar. Lo que más me inspira ahora es saber si todo el contexto que envuelve a las científicas, la historia de ninguneo a la que se han visto sometidas, las hace propensas a hacer un tipo de ciencia concreto. ¿Son las mujeres que investigan más combativas o agresivas? ¿Necesitan planteamientos más innovadores para hacerse valer? ¿Se obligan o exigen a ir más allá? ¿Es positiva esa presión? Puede que su manera de trabajar refleje la necesidad de demostrar que sí, que se hace buena ciencia siendo mujer.
Quizá aquella foto de Curie rodeada de bigotes nos parezca lejana, pero las mujeres siguen trabajando en muchos casos en un mundo de hombres, con sistemas que no les son cómodos o en las que no se ven reflejadas. ¿Las hace eso mejores, más luchadoras? ¿O simplemente supervivientes? Quizá les baste con intentar no volverse bipolares. ¿Cómo es la ciencia en femenino que vemos hoy en día? ¿O es que la investigación no tiene género? ¿Podemos asumir que conciliar la dura carrera científica con la aún más dura tarea de ser madre va a afectar a su visión de las cosas? ¿Qué nuevos retos tienen por delante? Y sobre todo, ¿cómo será la ciencia hecha por mujeres en este siglo XXI?
5 comentarios
Guillermo Muñoz Matutano dice:
1 ago 2012
Eva, me encanta tu post. Aunque he de reconocer que el tema feminismo no es lo mio, pero para nada, creo que en el post hay planteamientos de base muy importantes. «necesita una mujer convertirse en hombre para ser buena cientifica?». El unico punto que me interesa del feminismo es cuando salen a la superficie planteamientos que reconocen mundos distintos. Osea, muchas veces, en mi opinion, hay que acentuar las diferencias, y no solo las igualdades. Normalmente, mas que del feminismo, estas ideas asociadas a las diferencias vienen de la tradicion, y, por tanto, y desgraciadamente, acompanyadas de machismo por doquier.
Todas estas cuestiones a mi me plantean muchas veces la pregunta: que significa realmente ser mujer?, sobre todo hoy en dia. Por que desde luego el mundo laboral esta disenyado (perdonar pero en Italia no hay enyes ni acentos) para el hombre, bajo sus criterios de exito y de competicion. Pero a la vez, lo que antes significaba ser mujer, ahora ya no lo significa, porque es retrogrado, anquilosado y anacronico. Por tanto, que queda?. Me da la sensacion que el feminismo ha destruido la tradicion, sin pararse a construir una identidad contemporanea que asuma las diferencias reales, a parte de la imitacion del exito del hombre, basada en eso de la igualdad, que, en algunos aspectos es deseable (igualdad de salarios, igualdad de oprotunidades, igualdad de trato), pero que en otros es indeseable, por que no refleja nuestras grandes diferencias. La propuesta de la tradicion si que estaba construida bajo un estrato que diferenciaba a hombres y mujeres, obviamente no actualizado, y, bajo los criterios de hoy, esclavista si no simplemente denigrante.
Concretamente en ciencia, creo que pasa exactamente que con cualquier otro ambito. Quiza menos que en una empresa, donde la competicion y la lucha es a sangre fria. O quiza menos tambien que en politica, que es una carniceria total. Da la sensacion que para que una mujer pueda ser mujer y gozar de las ventajas de la modernidad deba de ser una super-mujer, o una mujer-hombre. Es eso lo que quiere una mujer?, Desde mi punto de vista no solo el espacio laboral no esta disenyado para las mujeres, sino que hoy en dia el espacio afectivo tampoco lo esta. Todas las esferas de la sociedad laboral estan disenayadas bajo parametros de hombres, por una cuestion historica. Y en concreto, hoy en dia la mujer, desde mi punto de vista, no tiene un modelo estable o una estructura que agrupe sus cualidades con su identidad y con sus oportunidades. Y, en mi opinion, mucha de la responsabilidad de esta situacion la tiene la mentalidad feminista (alojada tanto en mujeres como en hombres). Creo que le pasa algo similar a lo que le pasa a la izquierda en el marco politico. El sistema esta construido con otros parametros (capitalismo para la politica, y hombres para la mujer) y la identidad social no esta definida (que significa ser de izquierdas si estamos en un mundo capitalista?, que significa ser mujer en una sociedad donde la identidad de la mujer esta difuminada completamente?).
El feminismo, desde luego, ha generado espacios para la libertad, pero la libertad muchas veces tiene un precio. Y, lo que es peor, si no sabemos lo que es la libertad, en el fondo, camuflada de libertdad puede aparecer un mundo nuevo de coaccion y represion. Ese es un fallo muy gordo desde mi punto de vista. El primer punto deberia ser saber lo que es ser mujer, pero este tipo de preguntas, hoy en dia, recaen en una cuestion individual, y por tanto muy dificil de responder, sino imposible. Quiza ya no hay una sola forma de ser mujer. Hay tantas como una mujer quiera expresarse. Pero ojo, ese sentimiento de libertad puede ser peligroso, sino es un sentimiento perseguido realmente. La libertad funciona bien cuando es una libertad honesta, y por tanto una libertad con conocimiento y decidida. En ese ultimo caso es cuando triunfa, pero hoy en dia la enfermedad mas abundante es la infelicidad. Los roles sociales de libertad parece que nos pueden acechar tanto como los roles de esclavitud. Bajo el parapeto de la modernidad, tambien encontramos muchos desajustes de identidad.
Me parece que, por ejemplo, la historia de las mujeres seguramente si que se haya expresado con forma de identidad de mujer. Otra cosa es que nos haya llegado. Por ejemplo, todo esto de recuperar la historia de las mujeres siguiendo los parametros de exito que los hombres de su tiempo alcanzaban, suena a revancha. A parte de que sea bueno conocer todo el pasado en su completa circunstancia, conociendo realmente quienes fueron esas muejeres, que mas que unicamente amantes eran tambien cientificas e investigadoras, poniendo los acentos donde haya que ponerlos, quiza sea interesante tambien rescatar la expresion de la mujer. Osea, que circunstancias tuvo, por que no se alzo, que fue lo que pudo elegir, y que es lo que le hizo feliz, o lo que le hizo infeliz. De esa forma, mas que rescatar una competicion en plan activista con algo asi como «y yo tambien!!», que se que tiene su funcion, es interesante saber los motivos emocionales y racionales por los que la mujer se expresaba, por los que ella decidia, cuando podia. Solo si investigamos como las mujeres actuaron, desde su perspectiva de mujer, se puede recoger esa identidad. Que probablemente sea, aparte de muy interesante, un tesoro increible. Sino, desde mi punto de vista, solo es activismo actual. Y teniendo en cuenta las deficiencias que eso conlleva, no se si esas actitudes llevan a progresos, o mas bien a retrocesos.
Dr. Litos (@DrLitos) dice:
2 ago 2012
Muy interesante, son temas sobre los que hay que reflexionar porque no vale ni el «es que el feminismo hoy día es obsoleto porque ya no hay desigualdad» ni el absurdo contrario de resaltar diferencias que no existen realmente, ni asumir igualdades que tampoco tiene porqué haberlas. Lo de la campaña de «it´s a girl’s thing» es un claro síntoma, todos nos escandalizamos por lo ridículo y anquilosado del anuncio, pero no hay que obviar que hay algunas cosas curiosas que merecen atención: hay muchas, muchísimas chicas en ciencia, pero siguen siendo minoría absoluta las «jefazas».
Si te interesa encontrar más ejemplos históricos de mujeres científicas, te recomiendo la sección «Mujeres de Ciencia» que publica la compañera Patricia Rodríguez en la revista Journal of Feelsynapsis desde el número 1 (http://feelsynapsis.com/jof/index.html)
No me lo tengas en cuenta ocmo spam, que creo que venía bien a cuento eh! 😉
Un saludo y enhorabuena por el post, los mejores son aquellos que dejan más preguntas que respuestas, como en cualquier buen trabajo científico, precisamente.
Eva dice:
7 ago 2012
Muchas gracias por tu comentario y por el enlace! La verdad que el post me ha servido para estar mucho más informada porque he tenido acceso a un montón de cosas que no conocía.
Lo que comentas de las jefazas supongo que será siempre por lo mismo, los puestos no estan adaptados a las «características» de la vida personal/profesional de una mujer. Así que como de momento las convenciones no cambian, si no podemos adaptarnos nos quedamos fuera, y si queremos formar parte no nos queda otra que renunciar a una parte de nosotras mismas.
Espero de verdad que nos sigas leyendo y nos veamos por aquí.
Un abrazo!
Retrato robot de un científico « Blog de piratas de la ciencia dice:
15 ene 2013
[…] adivinado qué tipo de persona era, podría haber sido un hombre desaliñado o una mujer con tacones, pero lo que define a un científico no es su apariencia física. Aún recuerdo la impresión que […]
Eva Alloza dice:
30 mar 2013
Aunque un poco tarde pero leo el artículo de opinión de María Blasco, directora del CNIO, sobre mujeres y ciencia. Desigualdad de género; ¿a qué estamos esperando?.
Me ha descubierto una red llamada AcademiaNet en la que puedes encontrar los perfiles y datos de mujeres líderes en la ciencia y la academia.