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Guillermo Muñoz: He visto que has escrito textos técnicos pero un poco más en tono divulgativo. Por otra parte, te conocí en la charla de divulgación del campus Gutenberg. Ya que te estamos haciendo una entrevista para Piratas de la Ciencia. ¿Estás preocupada por la divulgación?, ¿por qué te interesa la divulgación?

Luz Rello: A ver, me interesa un montón. Por un lado, me interesa por la comunicación en sí. El poder llegar a transmitir lo que uno hace, o lo que uno piensa, es una cosa muy seria. Piensa que nosotros tenemos una cosa en la cabeza, y sale otra cosa por las palabras. A ti te llega una conexión. Igual que el sonido-letra, pues lo mismo. Aunque en el pensamiento-palabra hay otro punto.  En la comunicación entre personas interviene lo que tienes en la cabeza, lo que dices, y la otra persona con lo que dice y su cabeza. Y eso pasa con solo con dos personas, imagínate con más. Es una cosa muy seria lo de la comunicación y muchos científicos no se dan cuenta. Asumen que el esfuerzo lo tiene que hacer la otra persona para entenderles a ellos, pero es que a lo mejor es una cuestión de dos. Me interesa también porque gracias a eso puedes saber cosas interesantes, que no sabrías de otra manera. Yo no puedo leer un artículo de física, que se ha escrito en el Journal of Quantum Physics y pretender enterarme. Como los que quieren saber de dislexia y se leen un artículo mío. No se enteran, porque no es su área. El artículo se puede resumir en tres líneas, bien resumidas. La divulgación es una comunicación que te permite conocimiento, un poco más allá de lo que dice la televisión. Claro, eso es interesante. Y otra cosa es que me gusta comunicar. Le encuentro placer a comunicar, a compartir. Hay una frase que me dejó impactada, que la he quitado de mi web, pero la voy a volver a poner. El escritor Dominique Lapierre ha creado una fundación en la India, para unas personas que están lisiadas por unas bombas. Es una persona increíble. Un señor ya mayor. Me dijo una frase que, dije [Luz chasquea los dedos] -ahí le has dado chaval-. La frase era: “todo lo que no des, se pierde”. Eso lo escuché super joven, cuando coincidí de casualidad con esta persona. Tenía diecisiete años. Y tiene razón. Todo lo que tú no vas dar en tu vida, lo vas a perder contigo. Es una manera de entender la comunicación: de dar. Es una especie de lema, de eslogan por el que me guío.

Todo lo que tú no vas dar en tu vida, lo vas a perder contigo. Es una manera de entender la comunicación: de dar




G: ¿Y en tu trabajo?, ¿La divulgación es importante en tu trabajo?

L: Claro. Creo que la razón principal por la que acudí al campus Gutenberg es que ahora trabajo con personas. Antes trabajaba con ordenadores y no me tenía que comunicar con nadie, aparte de con mis compañeros de trabajo para comparar código, dudas de lingüistica y estas cosas. Pero ahora vienen familias a mi laboratorio, y tengo que hablar con ellos y decirles -Estoy haciendo esto, porque va a ayudar a tu hijo para esto y para esto otro-, pero notaba que no me podía explicar bien. Además, el padre realmente quiere saber qué está pasando dentro de la cabeza de su hijo y por qué no lee bien. Es una persona con la cual tengo una empatía muy grande, pero no le puedo decir fácilmente qué estoy descubriendo. Por ejemplo, lo de los patrones fonéticos, ¿cómo se lo explicas a una persona que no ha oído hablar de fonética en su vida? La participación en la charla del Gutenberg vino un poco del darme cuenta que tenía que aprender a comunicarme bien con mis participantes, con los padres y con los niños. Sobre todo, porque es que a ellos les interesa, y a mí me hace feliz decirles lo que está pasando. Yo tuve dislexia, a todo esto.

La buena ciencia no se trata de escribir artículos y de conseguir un puesto fijo en la universidad, se trata de realmente descubrir.




G: Aprovechando este tema, vamos a entrar en el terreno social. O sea, tu trabajo ahora está muy relacionado con la sociedad. ¿Hasta qué punto crees que el trabajo del científico siempre tiene que tener un una repercusión social?

L: Yo creo que el buen trabajo científico siempre la tiene. La cuestión es cuándo sucede esa repercusión social. También pasa lo mismo con el arte, a Cervantes nadie lo entendió cuando escribió El Quijote. Hay una teoría en literatura, que se llama la Teoría de la Recepción, que analiza cuándo se escribió una novela y cómo se recibió en su momento. Nunca sabes cuándo va a pasar esa repercusión social. Pero bueno, en mi tema concreto, si lo que investigo ahora mismo, un modelo para hacer el lenguaje más accesible, no tiene una repercusión en diez años, me pego un tiro. Porque es una cosa muy aplicada.

El buen trabajo científico siempre tiene una repercusión social




G:
Porque tu trabajo es ahora directamente social.

L: Bueno, no es directo. Estoy investigando para que ese desarrollo llegue a otra persona, pero el desarrollo lo están haciendo otros investigadores. Otras personas que trabajan en mi campo, por ejemplo, están investigando cómo los ciegos interactúan con mapas con relieve. Tengo una amiga que trabaja con esto. Hacen sus estudios y a lo mejor dentro de no sé cuantos años habrán mapas con relieve en Google Maps, cuando superemos el rollo de la pantalla Tablet. Harán a lo mejor algo así, pero no sabes cuándo tendrá repercusión. La buena investigación tiene que tener repercusión social, tarde o temprano.


G: Ya pero luego dices, ¿repercusión social de la investigación fundamental, del Bosón de Higgs, o del estudio de los límites de universo?

L: Yo creo que la hay. O sea, repercusión social, al menos repercusión dentro de tu área. Si uno descubre los límites del universo, el siguiente que venga no se va a ir fuera del universo [risas generalizadas]. La buena ciencia no se trata de escribir artículos y de conseguir un puesto fijo en la universidad, se trata de realmente descubrir.


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