Fluido, creativo e inspirador; y seguro, fruto del trabajo callado y continuo que, al final, da la impresión de ser mágico, Pero como decía Federico García Lorca: “Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio-, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo”.
Parece que es necesario divulgar que un artista lo es en gran parte por su esfuerzo y su dominio técnico, y un científico lo es porque posee imaginación, inventiva, ideas creativas, …
No se por qué la imagen colectiva, si es que esto existe, da más papel a la creatividad en el arte, y más papel al esfuerzo en la ciencia. Cuando creatividad y esfuerzo (tecnico, objetual, …) se dan, quizá de una forma bastante parecida, en todos los campos creativos.
Creo que esa distinción social tiene que ver con la capacidad de emocionarse de un tercero. A un músico le podemos escuchar y emocionarnos sin compartir su tecnica (bueno, esto es matizable. Cualquier persona no puede escuchar cualquier música, hay músicas que deben ser asimiladas primero), ¿podriamos emocionarnos escuchando a un científico?
Estoy seguro de que si. Y este es uno de los objetivos de la divulgación, poder transmitir el “fondo musical” que contiene la investigación científica, dejando a parte los desarrollos técnicos, más espeíficos del acto físico de investigar, pero transmitiendo los conceptos fundamentales.
Este puede ser uno de los objetivos de la divulgación, no el único, pero si uno. Por tanto, la respuesta a esa pregunta podria ser un SI como una casa. La creatividad, en el siglo XXI es una, y solo una.
Tu post no puede estar más a la moda, lo cual me parece positivo, porque quizá creas que ese adjetivo puede resultar insultante. Estuve en las jornadas de El Ser Creativo en Madrid, el año pasado, y si puedo pienso repetir. Nunca unas charlas con tan poco en común entre ellas más que eso, la creatividad, y con tan poco contenido técnico, me ayudaron e inspiraron tanto. Ideas, llega un momento en el que ya conoces procesos, tienes formación (aunque nunca la suficiente, claro), dominas los sistemas, y sólo son ellas las que te faltan, ellas y la chispa necesaria para prender su mecha. Ser creativos, no hay otro secreto. Y, claro, ¿podemos emocionarnos escuchando a un científico? Si es creativo, te aseguro que sí.
Eso de la moda, me gusta y no me gusta. Por ejemplo, no entiendo, ni entenderé, por qué más de 60 años después de que Kerouac escribiese “en el camino”, hoy resucitan los hipsters como si fuesen setas, con un long board en los pies. Solo falta que, mientras se deslizan se coman una muffin. A ver si se atragantan, se caen de su tabla, y se parten la rabadilla. Uno detras de otro, asi en cadena.
A ver, quiero decir, que si a moda nos referimos a esto que acabo de decir, mejor que la creatividad se mezcle en el más profundo de los océanos anacrónicos. Pero si con que “está de moda” podemos entender a que está cogiendo fuerza, ok, empujemos pues !!.
Comparto tu sensación de que está sucediendo algo, que se mueven los planetas. Parece que tienden a alinearse. Pero la verdad es que, como eso de los hipsters, la cosa viene de muy lejos. En el terreno del arte/ciencia, en valencia, hay que citar a Aguilera Cerni, al movimiento Antes del Arte, a Román de la Calle que he colocado en el post, a Jose Ramón de Alcalá, a Iturralde, a Isidro Ramós, al grupo Laboluz, a la sala Parpalló, y a más gente que no conozco, pero que, desde los años 60/70 están trabajando en esa dirección. Esto, solo desde el punto de vista de Valencia. Vamos, que no es nada nuevo. Lo que podría ser nuevo es la difusión y el calado que se puede generar. Lo que hace falta, y en lo que se está trabajando, es en generar experiencias practicas: proyectos y colaboraciones reales. Si eso es estar de moda, bendita y bienvenida sea.
Otra cosa que dices, que me parece genial. Volvemos a la música, o a escribir. Un musico, o escritor, incorpora toda la técnica. La estudia, la domina. Hace un trabajo de interiorización de todas esas reglas. Pero luego, en el momento de crear, las “olvida”. Al enfrentarse a las teclas de un piano, o al papel en blanco, es el instinto lo que enciende el motor creativo. Ojo, ese instinto no deja de “recordar” la técnica, las leyes y las normas, pero no de forma analítica, sino libre. Luego, después de esa fase, digamos, libre, aparece la fase de recomposición. De “lijado”, o “pulido”. De trabajo meticuloso para ir dando forma a lo que ese instinto ha sacado. Ese trabajo es complétamente técnico. Un científico hace exactamente lo mismo. Primero se forma, incorpora lenguajes, ideas, conceptos, métodos, para luego, proponer avances. Primero como ideas, o mejor, ideas peregrinas, que, más tarde, poco a poco, se pueden ir modelando y contrastando, hasta construir una propuesta edificada y que se sostenga.
Estoy deacuerdo contigo, un científico creativo puede emocionar. Quizá una diferencia entre arte y ciencia sea que al cientifico no se le exige que emocione, y al artista no se le exige que transforme el mundo práctico. Sin embargo, un científico tiene capacidad de emocionar, y un artista tiene capacidad de transformar el mundo objetual (o sea, generar industria, avances tecnicos, generar puestos de trabajo, influir en la economia, generar conocimiento…). Son nuestros clichés los que clasifican, pero, llegado a un momento social determinado, como el actual, esos cliches, o esas clasificaciones, se muestran anacrónicas. Y no porque estén pasadas de moda, sino porque ni tan siquiera se acercan a describir las nuevas formas de trabajar, de conocer y de saber, y de interactuar en las sociedades.
Vamos, si esto está de moda, que sea para bien, porque todos sabemos que dentro de dos años nadie va a patinar en long board. Y dos años, en el campo de Arte, Ciencia y Tecnología (ACT), es un simple instante.
[…] del texto para descansar los ojos mirando a la orilla del mar. Ya dejaste claro una vez que esa ida y venida de las olas te hipnotiza, un constante vaivén que nunca para. Ahí cuando todos nuestros corazones dejen de latir, las olas […]
5 comentarios
Javier dice:
1 Jun 2013
Fluido, creativo e inspirador; y seguro, fruto del trabajo callado y continuo que, al final, da la impresión de ser mágico, Pero como decía Federico García Lorca: “Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio-, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo”.
Guillermo Muñoz Matutano dice:
1 Jun 2013
Pues si, Javier, completamente de acuerdo.
Parece que es necesario divulgar que un artista lo es en gran parte por su esfuerzo y su dominio técnico, y un científico lo es porque posee imaginación, inventiva, ideas creativas, …
No se por qué la imagen colectiva, si es que esto existe, da más papel a la creatividad en el arte, y más papel al esfuerzo en la ciencia. Cuando creatividad y esfuerzo (tecnico, objetual, …) se dan, quizá de una forma bastante parecida, en todos los campos creativos.
Creo que esa distinción social tiene que ver con la capacidad de emocionarse de un tercero. A un músico le podemos escuchar y emocionarnos sin compartir su tecnica (bueno, esto es matizable. Cualquier persona no puede escuchar cualquier música, hay músicas que deben ser asimiladas primero), ¿podriamos emocionarnos escuchando a un científico?
Estoy seguro de que si. Y este es uno de los objetivos de la divulgación, poder transmitir el “fondo musical” que contiene la investigación científica, dejando a parte los desarrollos técnicos, más espeíficos del acto físico de investigar, pero transmitiendo los conceptos fundamentales.
Este puede ser uno de los objetivos de la divulgación, no el único, pero si uno. Por tanto, la respuesta a esa pregunta podria ser un SI como una casa. La creatividad, en el siglo XXI es una, y solo una.
Eva dice:
3 Jun 2013
Tu post no puede estar más a la moda, lo cual me parece positivo, porque quizá creas que ese adjetivo puede resultar insultante. Estuve en las jornadas de El Ser Creativo en Madrid, el año pasado, y si puedo pienso repetir. Nunca unas charlas con tan poco en común entre ellas más que eso, la creatividad, y con tan poco contenido técnico, me ayudaron e inspiraron tanto. Ideas, llega un momento en el que ya conoces procesos, tienes formación (aunque nunca la suficiente, claro), dominas los sistemas, y sólo son ellas las que te faltan, ellas y la chispa necesaria para prender su mecha. Ser creativos, no hay otro secreto. Y, claro, ¿podemos emocionarnos escuchando a un científico? Si es creativo, te aseguro que sí.
Guillermo Muñoz Matutano dice:
3 Jun 2013
Eva,
Eso de la moda, me gusta y no me gusta. Por ejemplo, no entiendo, ni entenderé, por qué más de 60 años después de que Kerouac escribiese “en el camino”, hoy resucitan los hipsters como si fuesen setas, con un long board en los pies. Solo falta que, mientras se deslizan se coman una muffin. A ver si se atragantan, se caen de su tabla, y se parten la rabadilla. Uno detras de otro, asi en cadena.
A ver, quiero decir, que si a moda nos referimos a esto que acabo de decir, mejor que la creatividad se mezcle en el más profundo de los océanos anacrónicos. Pero si con que “está de moda” podemos entender a que está cogiendo fuerza, ok, empujemos pues !!.
Comparto tu sensación de que está sucediendo algo, que se mueven los planetas. Parece que tienden a alinearse. Pero la verdad es que, como eso de los hipsters, la cosa viene de muy lejos. En el terreno del arte/ciencia, en valencia, hay que citar a Aguilera Cerni, al movimiento Antes del Arte, a Román de la Calle que he colocado en el post, a Jose Ramón de Alcalá, a Iturralde, a Isidro Ramós, al grupo Laboluz, a la sala Parpalló, y a más gente que no conozco, pero que, desde los años 60/70 están trabajando en esa dirección. Esto, solo desde el punto de vista de Valencia. Vamos, que no es nada nuevo. Lo que podría ser nuevo es la difusión y el calado que se puede generar. Lo que hace falta, y en lo que se está trabajando, es en generar experiencias practicas: proyectos y colaboraciones reales. Si eso es estar de moda, bendita y bienvenida sea.
Otra cosa que dices, que me parece genial. Volvemos a la música, o a escribir. Un musico, o escritor, incorpora toda la técnica. La estudia, la domina. Hace un trabajo de interiorización de todas esas reglas. Pero luego, en el momento de crear, las “olvida”. Al enfrentarse a las teclas de un piano, o al papel en blanco, es el instinto lo que enciende el motor creativo. Ojo, ese instinto no deja de “recordar” la técnica, las leyes y las normas, pero no de forma analítica, sino libre. Luego, después de esa fase, digamos, libre, aparece la fase de recomposición. De “lijado”, o “pulido”. De trabajo meticuloso para ir dando forma a lo que ese instinto ha sacado. Ese trabajo es complétamente técnico. Un científico hace exactamente lo mismo. Primero se forma, incorpora lenguajes, ideas, conceptos, métodos, para luego, proponer avances. Primero como ideas, o mejor, ideas peregrinas, que, más tarde, poco a poco, se pueden ir modelando y contrastando, hasta construir una propuesta edificada y que se sostenga.
Estoy deacuerdo contigo, un científico creativo puede emocionar. Quizá una diferencia entre arte y ciencia sea que al cientifico no se le exige que emocione, y al artista no se le exige que transforme el mundo práctico. Sin embargo, un científico tiene capacidad de emocionar, y un artista tiene capacidad de transformar el mundo objetual (o sea, generar industria, avances tecnicos, generar puestos de trabajo, influir en la economia, generar conocimiento…). Son nuestros clichés los que clasifican, pero, llegado a un momento social determinado, como el actual, esos cliches, o esas clasificaciones, se muestran anacrónicas. Y no porque estén pasadas de moda, sino porque ni tan siquiera se acercan a describir las nuevas formas de trabajar, de conocer y de saber, y de interactuar en las sociedades.
Vamos, si esto está de moda, que sea para bien, porque todos sabemos que dentro de dos años nadie va a patinar en long board. Y dos años, en el campo de Arte, Ciencia y Tecnología (ACT), es un simple instante.
http://www.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/index
Superficies Fronterizas | Blog de piratas de la ciencia dice:
27 Aug 2014
[…] del texto para descansar los ojos mirando a la orilla del mar. Ya dejaste claro una vez que esa ida y venida de las olas te hipnotiza, un constante vaivén que nunca para. Ahí cuando todos nuestros corazones dejen de latir, las olas […]